CArolus Carolina Molina des

Descubrí el siglo XVIII por casualidad, leyendo sobre otra cosa. Es decir, todos sabemos esas cosas que nos han enseñado en el colegio y en el instituto sobre el siglo XVIII y la Ilustración, pero tampoco es que tuviese una imagen que iba más allá. En mi mente, el XVIII en España era unos pocos ilustrados a los que tampoco es que les diesen mucha cancha en mi libro de literatura o de historia del colegio y después ese pasado confuso del que sabes poco o nada. Y sí, seguro que el XVIII podía ser muy interesante (¡es la época de la literatura libertina francesa!) pero eso ocurría en otro lugar. A la España del XVIII me la imaginaba simplemente gris.

En realidad, tampoco era así. En general, la vida privada en el XVIII era mucho menos puritana de la vida privada en el XIX, por ejemplo. En la Inglaterra de entonces, las cortesanas eran famosas ultrapopulares, que marcaban la moda. Y en España (muy recomendable leer Usos amorosos del dieciocho en España, de Carmen Martín Gaite) las mujeres (de alta clase social, claro) tenían sus cortejos, que eran pretendientes que las rondaban todo el tiempo (y que sí, no hace falta tener mucha imaginación para pensar que también eran sus amantes).

CArolus Carolina MolinaPor ello, ahora quiero saber más de esa época y leer más de esa época. Cuando vi que Ediciones B iba a publicar Carolus, de Carolina Molina, rápidamente lo incluí en mi lista de lecturas. Molina ha escrito una novela sobre la España del XVIII y además (o al menos eso es lo que se siente mientras se lee) lo ha hecho de un modo altamente documentado. Me pasé la novela intentando no ir a buscar más información a la Wikipedia: no es que Molina meta los datos de forma confusa, en absoluto. Todo está introducido de forma orgánica en la trama, lo que pasa es que acabas queriendo saber más (y sobre todo ocurre cuando descubres que esas cosas y esos personajes, como ocurre con una trama de falsificación de antigüedades o con una capacitada comadrona, Luisa Rosado, son personajes y hechos reales).

La trama de la novela arranca con la llegada a Madrid de dos parejas de personajes. La marquesa de Valdivieso llega a Madrid huyendo de uno de sus amantes burgaleses y decidida a encontrar un amante mucho mejor en la corte, acompañada por su racional azafata Dora. Al mismo tiempo, Lorenzo de Elvira, una suerte de cantero/artista/experto en antigüedades/arquitecto, llega a la ciudad tras un inquietante encuentro en una calle de Granada. Le acompaña Gil López, el criado que su protector le ha recomendado como compañía.

Lo que sigue es una trama de enredo, ligera y cómica, lo cual es una de las mejores bazas de la novela. En la novela histórica se tiende a caer sobre todo en el drama, en lo trágico, cuando a veces otro tipo de historias logran capturar mejor el ambiente del momento. Es lo que ocurre con Carolus, que con sus enredos (esperables) capta mucho mejor y ayuda a imaginar el XVIII. De fondo a la historia, y como una especie de personaje secundario con gran peso, aparece el rey Carlos III, que acaba de llegar a España al comienzo de la novela y cuya muerte cierra el final de la historia.

En definitiva: una curiosa apuesta en novela histórica que permite descubrir un período no muy popular en la novela histórica que se publica ahora mismo.