Ada_LovelaceEn la lista de personas que demuestran que ser hijos de un escritor no es nada sencillo, deberían estar en puestos de honor las hijas de Lord Byron. Allegra Byron, la hija que tuvo con Claire Clairmont, murió a los cinco años, lejos de su madre y de su familia. Elizabeth Medora Leigh, su otra supuesta hija, era la tercera hija de Augusta Leigh, la medio hermana del poeta. La única hija legítima de Lord Byron fue Ada Lovelace, la única descendiente del matrimonio entre el poeta y Annabella Milbanke, quien merecería toda nuestra atención aunque no fuese hija de Lord Byron.

El matrimonio de sus padres no fue muy feliz. Se casaron a principios de 1815, aunque la felicidad duró poco. Ese mismo año, Annabella Milbanke ya temía por la situación financiera del matrimonio y por la salud mental de su marido. A finales de año nació Ada, su única hija, y en 1816 Milbanke se fue a pasar una temporada a casa de sus padres y el matrimonio se separó. Annabella Milbanke se centró en la educación de su única hija y luchó para que Ada Byron no heredase la locura paterna. Decidida a purgar toda inclinación poética, otorgó a la niña una completísima educación, mucho más completa de la que recibían las niñas en el momento, incluyendo las ciencias. Ada Byron pronto demostró un talento para las matemáticas.

Ada Byron entró en contacto con los entornos científicos del momento y conoció, gracias a la intervención de Mary Sommerville, la mujer científica del momento, a Charles Babbage, el inventor de la máquina diferencial. Aunque Ada se casó (de ahí su apellido Lovelace) y tuvo tres hijos, consiguió, gracias a la ayuda de su madre (que llegó a un acuerdo con el marido para que Ada Lovelace siguiese estudiando matemáticas después del matrimonio, como explicaba en unas pasadas  jornadas en el Museo del Romanticismo Francesca Mereu, miembro de Women in Arts and Technology) seguir trabajando en el campo matemático. Así fue como acabó frente a los textos que Federico Menabrea publicó en francés sobre el trabajo de Charles Babbage. Un editor británico le pidió a Ada Lovelace, una de las pocas personas que podía entender lo que allí decía, que lo adaptase al inglés. Lovelace hizo más que eso: además de traducir creó su propio texto sobre el funcionamiento de la máquina y que, a la postre, sería considerado el primer lenguaje de programación de la historia.

Aún así, la historia de Ada Lovelace, la pionera de la tecnología, se quedó oscurecida en la historia por el peso de Charles Babbage (que sí, era un hombre) y no fue recuperada hasta finales del siglo XX. Entre todas las iniciativas que han surgido en su nombre destaca el Día de Ada Lovelace, que este año se celebra el 15 de octubre, y que intenta potenciar y recuperar el papel de la mujer en las nuevas tecnologías. Y por supuesto la jornada siempre es una excusa para centrarse en la vida olvidada de la hija techie de Lord Byron.