Es casi inevitable. Cuando un escritor consigue con una de sus obras una portada en Babelia, el reverenciado suplemento literario de El País, se puede preparar para ser uno de los libros del año, del verano o de lo que toque en el panorama editorial en castellano. Cuando en este caso es un escritor que muy pocos conocían – o que se estrena en lengua castellana, como es el caso del que vamos a hablar – esa portada podría ser interpretada como el primer paso para encontrarse ante una lista – posiblemente larga – de artículos sobre el nuevo escritor revelación.
Es lo que le ha pasado en el último fin de semana a Joël Dicker (Ginebra, 1985), el autor suizo de La Verité sur l’Affaire Harry Quebert, una novela que apareció en francés en una edición a lo joint venture entre una pequeña editorial parisina y otra pequeña editorial suiza en agosto del año pasado. El libro se convirtió en la revelación del verano en París, vendiendo rápidamente un número considerable de ejemplares y convirtiéndose en un éxito literario de esos que aparecen cada cierto tiempo y que no tienen detrás a un equipo entregado de marketing. Dicker consiguió en noviembre el premio de la Academia Francesa, se quedó a las puertas del Goncourt y se convirtió en la sensación de la Feria de Frankfurt, cuando las grandes editoriales se pelearon con uñas y dientes por los derechos de traducción de la novela. No había que ser muy hábil ya entonces para predecir que a unos meses vista Dicker iba a aparecer en todas las portadas de suplementos literarios, páginas culturales y revistas de domingo habidas y por haber.
Las editoriales mandaron a su artillería a negociar con Bernard Fallois, el anciano editor de Éditions de Fallois (el coeditor francés de la obra, aunque fue el editor de L’ Age d’Homme, Vladimir Dimitrijevic, fallecido antes del bombazo quien realmente descubrió a Dicker) y el sorprendente representante del bombazo de la temporada, para llevarse el libro a sus catálogos. Como indican en el dossier para prensa de su edición española, no fue Fallois quien fue a la feria de Frankfurt a vender el libro sino la feria de Frankfurt quien fue hasta él para conseguirlo. La novela había ya llegado al mercado belga, donde los libreros la recomendaban por encima de J.K. Rowling y su primera novela para adultos (Una vacante inesperada), lo que hizo aumentar todavía más el atractivo de la obra del joven Dicker. Las críticas eran bastante positivas, en líneas generales, con la obra y eso no hacía más que aumentar su potencial (y sí, la crítica de este fin de semana en Babelia también es buena). Había nacido una estrella.
Y ahora, meses más tarde, La verdad sobre el caso Harry Quebert se estrena en castellano de la mano de Alfaguara. El libro salió a la venta el 19 de junio en papel y también está ya en formato electrónico (y con un precio competitivo, alrededor de los 10 euros). El lanzamiento en España se suma a la publicación de la novela en muchos otros países de todo el mundo (al fin y al cabo, una de las coletillas que se usan para promocionarla es que ha sido traducida a 33 idiomas).
¿Pero qué es exactamente La verdad sobre el caso Harry Quebert? La historia es una novela “a la americana” (eso pone en la contraportada de su edición francesa y sí, la historia es realmente más estadounidense que gala) sobre la muerte de una adolescente y las consecuencias que tiene 33 años más tarde. En la primavera de 2008, aparece el cadáver de Nora Kellergan, una adolescente de 15 años desaparecida en 1975 en un tranquilo pueblo de Nueva Inglaterra, Aurora. El principal sospechoso en Harry Quebert, un profesor universitario y sobre todo un exitoso escritor (uno de los grandes de la escena literaria estadounidense). El cadáver de la joven Nora aparece abrazando el manuscrito de la obra con la que se hizo célebre, Los orígenes del mal. Marcus Goldman, un joven escritor de éxito que se encuentra bloqueado ante la obligación de entregar su segunda novela y que fue uno de los alumnos favoritos de Quebert, decide ir hasta Aurora decidido a descubrir la verdad sobre qué ocurrió en 1975. ¿Es su admirado Quebert un asesino? ¿Y qué relación le unía con Kellergan?
Así empieza la historia que, según nos apuntan en la descripción del libro, es también una reflexión sobre Estados Unidos, sobre la sociedad moderna, sobre la literatura, sobre los medios de comunicación y sobre la justicia. La verdad es que, tras la lectura, más que reflexionar sobre todos esos grandes temas te quedas con lo básico del libro, la historia de intriga que forma la investigación para descubrir quién asesinó a Nora Kellergan. (En su edición francesa el libro está cerca de las 700 páginas, así que hay muchas vueltas de trama). En su conquista del mercado literario global, a la obra de Dicker la venden como un cruce entre la Lolita de Nabokov, la obra de Philip Roth y el tirón de Stieg Larsson, el popular autor de la saga Millenium. Posiblemente no sea una obra que vaya a cambiar el curso de la literatura, pero no deja de ser un best-seller bastante digno.
Foto | JoelDicker.com