«Existe una fotografía de la tía Sadie y sus seis hijos sentados alrededor de una mesa del té en Alcoleigh. La mesa está colocada, como estaba entonces, como sigue estando y como siempre estará, delante de un enorme hogar de leña. Encima de la repisa y claramente visible en la fotografía cuelga una pala de zapador con la que, en 1915, tío Mathew había matado a golpes a ocho alemanes, uno tras otro, mientras salían de un refugio subterráneo». Así empieza A la caza del amor, la que posiblemente es la novela más popular de Nancy Mitford. Los seis niños que están sentados con la tía Sadie a la mesa del té son, en principio, una fabulación literaria, aunque no es complicado ver ecos de los siete niños que formaban la familia Mitford, la propia Nancy y sus seis hermanos, y que servirán a lo largo de los años de material literario para Nancy Mitford, la hermana escritora, y de carnaza para los escándalos para los medios de comunicación británicos.
«Cada vez que veía las palabras ‘hija de un par’ en un titular, me comentó una vez tristemente, sabía que iba a ser algo sobre una de vosotras», escribía que le había dicho su madre en una de las primeras páginas de Hons and Rebels, la autobiografía que Jessica Mitfdord escribió sobre sus años de juventud (y que Libros del Asteroide publicará en 2014 en castellano), una de las hermanas más pequeñas. Material para titulares, crónicas y análisis había más que suficiente. Nancy, Pamela, Diana, Unity, Jessica y Deborah Mitford nacieron entre 1904 y 1920. Sus padres eran un cabellero noble cuya fortuna fue menguando a lo largo de la infancia y juventud de sus hijas y la hija del fundador de varias revistas (que se había hecho rico y a sí mismo). Aunque solo Nancy fue escritora y Jessica periodista, todas las hermanas dejaron una amplia correspondencia y un par de memorias que permiten conocer su vida de primera mano. Y los medios de la época capturaron sus diferentes escándalos.
La biografía de las hermanas es digna de una novela (y como novela se puede leer Las hermanas Mitford, la biografía escrita por Annick Le Floc’hmoan) y está, claro está, llena de polémica. Diana se casó en 1929 con el heredero de la familia Guiness, en la que fue la boda del año. La joven aristócrata se casaba con uno de los principales millonarios del país. Diana protagonizó artículos y más artículos en la prensa del momento (como curiosamente hará luego Linda, la protagonista de A la caza del amor), aunque el matrimonio fue un fracaso. Pocos años después, Diana abandonó a su marido para convertirse primero en la amante y luego en la segunda esposa de Oswald Mosley, el fundador de los fascistas británicos. Por supuesto, Diana simpatizaba con el fascismo (y viajó en varias ocasiones a la Alemania nazi, donde era amiga de Hitler) aunque su entusiasmo palidece cuando se compara con el de su hermana Unity, el material del que Nancy se sirvió para escribir Trifulca a la vista (una novela de los años 30 que satirizaba a los fascitas y que Nancy impidió reeditar en vida porque pensaba que, a la vista de los acontecimientos posteriores, su frivolidad no era correcta).
Unity Mitford es la hermana cuya existencia aún sigue generando polémica y muchas teorías. Vivió durante los años 30 en la Alemania nazi (de la que era fervorosa simpatizante) e intentó suicidarse cuando comenzó la II Guerra Mundial, cuando como británica tenía que dejar Alemania. No murió aunque quedó malherida y su llegada a Reino Unido se convirtió en un circo mediático.
Y frente a Diana y a Unity estaba Jessica, una de las hermanas pequeñas, que se hizo comunista en la adolescencia y que huyó de la familia con su primo Esmond Romilly, la oveja negra de la familia, y que acababa de estar en las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil española. Juntos se fueron a España, aunque fueron interceptados al poco tiempo por Nancy y convencidos para volver a Reino Unido. Jessica y Esmond vivieron entonces en los barrios obreros londinenses, de espaldas a la fortuna de su familia, y acabaron emigrando a Estados Unidos. Esmond Romilly falleció al comienzo de la II Guerra Mundial y Jessica, que se quedó sola con su hija Constancia, se convirtió en luchadora por los derechos civiles y en periodista de investigación.
Nancy, por su parte, aprovechó las andanzas de sus hermanas como material literario, aunque su propia vida (que también puede seguirse en sus novelas) también era un completo material de inspiración. Se casó en los años 30 con Peter Rodd, el hijo segundón de un aristócrata sin mucha fortuna, aunque el matrimonio fue un auténtico fracaso. Nancy tiene que comenzar a trabajar para poder mantener al matrimonio y es ahí donde su carrera literaria acaba despegando. En los años 30 publica sus primeras novelas, aunque no será hasta la década siguiente cuando comience su fama literaria. Durante la II Guerra Mundial, conoce al militar francés Gaston Palewski, miembro del círculo de De Gaulle, con quien comienza un romance que durará hasta después de la contienda y que será clave para que ella se mude a París. Vivirá en Francia hasta su muerte en Versalles.
Las novelas de Nancy Mitford fueron muy populares en su momento y siguen siendo muy populares en el mercado en inglés actual (en España han empezado a ser traducidas por Libros del Asteroide, aunque Círculo de Lectores ya había recuperado A la caza del amor hace unos años). Mitford captura el mundo decadente (y en decadencia) de la aristocracia del momento, con fina ironía, en novelas de esas que acaban siempre ganándose el adjetivo de «deliciosas». Muchos quieren ver en ella a los comienzos de la chick-lit, aunque también es cierto que sus obras van en la línea de lo que muchos autores (que han merecido más entusiasmo de la crítica posterior) estaban haciendo, como es el caso de su amigo Evelyn Waugh. Un manual de buenas maneras publicado en los años 50 acabó de encasillarla como escritora ‘pija’, aunque quedarse solo con eso a la hora de leer a Nancy Mitford sería insuficiente.
Fotos | Wikipedia, NancyMitford.com, Mitford.org