La Bella y la Bestia es uno de los cuentos de hadas más populares y también uno de los más influyentes. Su esquema argumental se ha repetido durante siglos ya en muchas historias: una muchacha muy hermosa (pero que sabe ver más allá de las apariencias) conoce a un hombre horrible, una bestia, pero lo redime. La historia ha sido además adaptada en numerosas ocasiones también en películas y series, lo que hace que el cómo se conocen la Bella y la Bestia y el cómo se enamoran sea uno de los cuentos más populares.
Pero lo cierto es que la historia de la Bella y la Bestia es mucho más que lo que nos han contado o quizás se podría decir que no es exactamente lo que nos han contado. Detrás de la primera versión de la historia, la que se puede considerar el original (aunque la idea ha sido entrada por los especialistas en otros cuentos del folklore popular y es posible que la autora se inspirase también en alguno de ellos) está una novela publicada en el siglo XVIII y escrita por una mujer.
La primera Bella y Bestia la firma Gabrielle-Suzanne de Villeneuve, Madame de Villeneuve, una dama de la nobleza francesa que publicó sus obras a principios del siglo XVIII y de la que no se sabe mucho (tampoco es fácil atribuir su obra, porque firmaba con sus iniciales). Madame de Villeneuve nació en La Rochelle y se casó a los 21 años con un aristócrata francés, del que pedirá poco después la separación de bienes porque gasta el dinero familiar en juegos de cartas. El matrimonio no se separará exactamente (tienen una única hija poco después) pero la suerte está echada. Cuando el marido muere poco después, Madame de Villeneuve queda en la ruina. Empieza entonces a escribir (vivía en París y tenía contactos con el círculo literario de la ciudad, de hecho se dice que era la amante de uno de los dramaturgos del momento) y entre esas obras que produce está La Bella y la Bestia, que forma parte de un libro más amplio titulado La Jeune Américaine et les contes marines. La historia sigue a una pareja de recién casados que viaja a ultramar y que se cuentan cuentos para entretenerse.
Pero la historia que se popularizó y que es la que sirve de base para todas las versiones que hemos visto después (menos una película francesa de hacer un par de años) es la de Madame Leprince de Beaumont, que hizo una versión más corta y en cierto modo censurada de la historia. La versión, un par de décadas posterior, estaba destinada a ser un cuento moralizante para niños. La original era parte de un libro para adultos.
El tiempo pone a todo el mundo en su lugar y la versión primera puede ser leída hoy sin problemas (Folio – Gallimard ha lanzado una versión de bolsillo en una edición cuidada y preparada por una académica a solo dos euros, La Belle et la Bête) y es por tanto posible descubrir qué contaba realmente Villeneuve. Una de las interpretaciones más habituales de la historia es que se trata de una crítica a los matrimonios acordados tan comunes en la época (y viendo lo que le pasó a Villeneuve no parece muy extraño) y no solo lo que nos dice el cuento infantil de que no hay que quedarse con las apariencias. ¿Qué ocurre en el cuento original?
– Las relaciones de familia. El cuento posterior se deshace de la mayor parte de la familia de la Bella. Bella (no se llama así en realidad, pero Villeneuve nunca da el nombre real: todo el mundo la llama así, nos dice) es la hija de un mercader (algo sorprendente en los cuentos: siempre eran o nobles o campesinos) que tiene otras tres hijas y cuatro hijos. El mercader pierde toda su fortuna en un incendio y en muchos malos negocios y por eso la familia acaba en una casa perdida en el campo. Las otras tres hijas no hacen más que quejarse de su fortuna y desdeñan a Bella.
Durante el tiempo que pasa con la Bestia, la Bella vuelve a la casa familiar de visita acompañada de un anillo mágico que le permitirá volver en cuanto quiera (aunque sabe que si no vuelve, la Bestia morirá).
– Bella es muy, muy joven. Cuando su padre mercader piensa que puede recuperar su fortuna y vuelve a la ciudad (donde todo le sale mal y en cuyo viaje de vuelta se encontrará con el castillo de la Bestia), Bella tiene 16 años.
– La Bestia no es leonada. Personalmente, si pienso en la Bestia pienso en la versión de Disney. Lo cierto es que Villeneuve no se la imagina así en absoluto. En la novela dice que tiene una trompa de elefante. Además, cada vez que se mueve se genera mucho ruido (nada de moverse gentilmente por las estancias a pesar de sus características bestiales).
– El sexo también entra en juego. ¿Qué es lo que quiere la Bestia de Bella? Todos sabemos ya (en la novela lo sabemos al final) que fue encantado y que solo el amor verdadero más allá de las apariencias romperá el hechizo. Pero la Bestia no hace realmente un esfuerzo para enamorar a la Bella cada vez que se encuentra con ella. De hecho, hablan todos los días a la hora de la cena y lo que le pregunta cada vez que se ven es si quiere acostarse con él. La primera vez ella se horroriza, pero la Bestia le asegura que lo único que tiene que hacer es decir sí o no.
– La Bella es entretenida con un juego de espejos. ¿Qué hace la Bella mientras espera la llegada de la noche y el encuentro con la Bestia? El castillo de la Bestia es completamente mágico, no solo porque la Bestia está encantada y porque en sus habitaciones se pueden encontrar inmensas riquezas. El castillo cuenta con diferentes habitaciones que, mediante ciertos juegos de espejos, permiten a la Bella asistir al teatro y a la ópera de las grandes óperas y teatro de ese momento en el mundo.
La Bella es, por cierto, servida por pájaros cantores, cotorras y monos que trabajan como lacayos y doncellas (y este último punto se explica porque los monos estaban entonces muy de moda).
– La importancia de los sueños. Los sueños tienen una importancia elevadísima en la historia, ya que es en ellos cuando se encuentra con el Desconocido, que es el hombre de sus sueños y que le promete una especie de amor eterno. Bella se dedica a buscarlo por el castillo (él le dice que está atrapado). Nosotros los lectores somos mucho más listos…
– El padre recomienda boda. Cuando la Bella visita a su familia, pasan muchas cosas. Se lleva unos baúles llenos de riquezas de regalo de la Bestia, se siente un poco mal por dejar a la Bestia sola (por aquello de que sin ella puede morir), echa de menos al Desconocido (no la puede visitar en los sueños) y los enamorados de sus hermanas se olvidan de sus hermanas cegados por su belleza. La Bella también busca consejo en su padre, el mercader, a quien cuenta cómo es la Bestia para con ella. Y el mercader le recomienda que se case con la Bestia, que al fin y al cabo es un buen hombre y eso es lo importante.
– La noche de bodas no es como Bella se espera. Cuando vuelve, Bella decide casarse con él, pero no porque su padre lo haya aconsejado. Cuando llega al castillo, algo más de dos meses después de su partida, se encuentra a la Bestia moribunda y se da cuenta de que no puede permitir que le pase algo así a un hombre que por muy bestial que sea es bueno. Así que esa noche, cuando la Bestia le pregunta si quiere acostarse con él, ella acepta y se casan (no hay boda magnífica, solo una promesa de esponsales). Bella se va a dormir, un tanto abrumada por lo que le espera, pero en realidad no pasa nada. La Bestia se mete en cama y duerme. Cuando se despiertan al día siguiente, la Bestia ha dejado de ser una bestia y es el misterioso y atractivo Desconocido.
– La madre de la Bestia no las tiene todas consigo. El cuento que ha llegado hasta nosotros termina cuando la Bestia se convierte en un hermoso príncipe. En la versión primera, eso solo pasa a primera hora de la mañana. Minutos después, cuando la Bella aún está digiriendo lo que ha pasado, aparece la madre del príncipe, la reina, nada convencida con lo que ha pasado. Porque sí, la Bella es muy Bella y ha roto el hechizo… pero es ¡¡la hija de un mercader!! Y eso solo servirá para ensuciar la sangre real familiar (sí, efectivamente). La Bella intenta renunciar a la Bestia, a pesar de que es el hombre que ama, porque no es ambiciosa y lo quiere lo suficiente como dejarlo ir. Pero un hada interviene y cuenta una historia que nadie conoce. Bella es en realidad una princesa, la hija del rey y sobrina de la reina, que había sido perdida de niña. Su madre es un hada que no aceptó que las normas de las hadas no le dejasen ser feliz con el rey (las hadas no pueden casarse con humanos y estar siempre en un mismo sitio) y que al final será quien encante al príncipe. Ante tanta sangre azul y mágica, la reina tiene que comerse sus palabras.
Imágenes: Ilustración de Anne Anderson, principios del siglo XX, para el cuento; Película Disney, ilustración de Walter Crane de 1874
Hola Raquel, estoy haciendo un trabajo de recerca sobre la Bella y la Bestia. Este articulo me ha sido de gran ayuda. Me gustaria saber si conoces más fuentes o libros donde pueda sacar información (a parte del Asno de oro, Psique y Cupido, Edipo…), muchas gracias!
Hola Raquel Pico, muy interesante tu articulo, quisiera saber si tienes referencias bibliográficas sobre lo que escribiste. Muchas gracias de antemano :)
Hola María! Como explico en el artículo, he leído la edición contemporánea del cuento que ha publicado Folio – Gallimard (hoy se puede encontrar en prácticamente cualquier librería online). De mi lectura he sacado las conclusiones. Espero que te ayude! :) Gracias por el comentario
Está bien, como una curiosidad histórica. La mayoría de los relatos conocidos para niños eran mas o menos diferentes originalmente.Como dice Isabel, en el primer comentario, no hay que juzgarlos con los cánones actuales.
Demasiados paréntesis que cortan mucho y , por momentos, hacen confuso el artículo . Al menos para mí.
En realidad esos 16 años de la época no era ser tan joven. No hay que juzgar por los cánones de hoy en día a los cuentos de hadas, si no, se ganan esa mala fama que tienen.
Pedro I de Castilla fue rey con 15 años, el emperador Carlos V , fue rey con 16 años y su hijo, Felipe II, fue rey con 16 años.
Los 16 años era la mayoría de edad de la época. Eran los 18 años de hoy día.
Creo que la pelicula francesa de 2015 La Belle et la Bête, se parece bastante a lo que relatan aquí.
Ohh! No conocía los antecedentes de este cuento, pero es en definitiva mejor que el de disney. ¡Lindo artículo!