na de las cosas con las que soñamos los que amamos los libros es con tener una librería o con trabajar en una y pasarnos el día recomendado libros y más libros y aprovechando las horas muertas para leer y leer. Sabemos, en el fondo de nuestro yo racional, que trabajar en una librería es algo más que eso y también que montar una librería ahora mismo es una idea de negocio complicada. Sin embargo, nunca dejaremos de fantasear con ello. Ser librero parece además el mejor trabajo cuando se quiere ser escritor y algunos escritores lo han sido a lo largo de los siglos. Ampliamos la lista sumando ahora unas cuantas escritoras que también fueron libreras.
Mary Shelley
Decidida a crear una fuente de ingresos sólida y consistente (mucho más sólida y consistente que vivir de la filosofía…), la segunda esposa de William Godwin, Mary Jane Clairmont, empujó al matrimonio a crear una librería especializada en libros para niños (también editaban cuentos para niños y el propio Godwin firmó unos cuantos bajo pseudónimo porque lo de escribir literatura juvenil no es algo que diese buena fama a un filósofo radical). La Juvenile Library estuvo abierta unos cuantos años y lo estuvo antes de que Mary Shelley, hija de Godwin, huyese con Shelley. Mary, como sus hermanas (Fanny, la otra hija de su madre, y Claire, la hija de su madrastra), tenía que ayudar en la librería familiar. Podemos ver como era la librería (son las dos ilustraciones que acompañan este párrafo) gracias a que una escritora de las que publicaba con ellos introdujo la librería en una de sus historias y el ilustrador lo usó para hacer las ilustraciones que lo acompañaban.
Nancy Mitford
La escritora y miembro de las polémicas hermanas Mitford trabajó durante un tiempo en una librería. Mitford trabajó en la librería Heywood Hill durante la segunda mitad de la II Guerra Mundial (ganaba, según su hermana, 3 libras a la semana) y ayudó a que la librería se convirtiese en una especie de epicentro culturar durante los años 40, como explican en la web de la librería (que sigue existiendo). La librería pertenece ahora a uno de los sobrinos de la escritora.
Alice Munro
En los 60, el entonces marido de Alice, Jim Munro, y la propia Alice fundaron una librería en la zona vieja de Victoria, la capital de la región canadiense de British Columbia. La librería sigue operativa y ocupa el antiguo edificio de un banco, aunque Alice Munro ya no está ligada a ella. Los Munro se divorciaron en los 70 y la librería quedó en manos del marido.
Penelope Fitzgerald
Penelope Fiztgerald también trabajó en una librería y su experiencia le sirvió como base para una de sus novelas más conocidas, La librería. En su caso, la librería fue una solución (como en el de los Godwin, al final) para encontrar una fuente de ingresos sostenible. Su marido se había convertido en alcohólico tras haber vuelto de la II Guerra Mundial y su carrera laboral empezó a ser errática.
Fotos Wikipedia y NYPL
Interesante artículo, pero una cosa: Library no es librería, es biblioteca. Los dos primeros casos que comentáis son bibliotecas.
Hola! Gracias por tu comentario. Aunque la palabra library en efecto significa biblioteca en inglés, la Juvenile Library de los Shelley (la de las dos primeras ilustraciones) era una librería en la que se vendían libros (sobre todo los de su propia editorial) y es considerada una de las pioneras en venta de libros infantiles. Para más información, recomendamos un libro y un link ;) En Romantic Outlaws, nuestra biografía favorita de Mary Shelley y de su madre, puedes encontrar menciones a la librería y en este link información sobre la exposición que le dedicaron en la Biblioteca Pública de Nueva York http://exhibitions.nypl.org/biblion/outsiders/outsiders/story/storygodwinjuvenile