Posiblemente todos lo habéis hecho alguna vez o conocéis a alguien que lo haga de forma habitual: una de las fórmulas que se han establecido gracias a internet para ver series de televisión es lo que se conoce como binge watching. El binge watching consiste en básicamente sentarse delante del televisor (o de la pantalla del ordenador) y ver capítulo tras capítulo de una serie. Es el placer de saber que no tendrás que esperar por un nuevo capítulo una semana y el que los protagonistas que se quedan en el limbo de lo que les va a suceder tendrán una resolución casi inmediata a sus problemas. Gracias a las plataformas de streaming, como Netflix, la práctica es cada vez más habitual y más fácil. Cuando llegas al final de un capítulo, te ofrecen directamente pasar al siguiente.
Por supuesto hay un montón de cifras y estadísticas que explican como cada vez se ven más programas de televisión de esta manera y como el boom del binge watching podría estar cambiando la tele para siempre (las plataformas como Netflix suben las temporadas de series todas juntas, porque saben que la gente quiere verlas así), pero lo cierto es que los maratones no solo se pueden realizar y se realizan en series. Hay muchos más tipos de maratones y uno de los habituales (y posiblemente más antiguo) es el de lectura. El termino ‘internetero’ y moderno es binge reading, pero maratón de lectura también encaja bien.
¿Quién no se ha quedado alguna vez despierto hasta la madrugada porque no puede parar de leer antes de averiguar quien es el asesino? ¿Y quién no se ha sentido incapaz de parar de leer una serie de libros una vez que empieza con el primer libro, cuando el autor lleva ya unos cuantos publicados (yo ahora mismo estoy en esa fase con los misterios de Lady Emily, una detective victoriana de la autora estadounidense Tasha Alexander)?
Como apuntan en un artículo de la BBC que reflexiona sobre el binge reading, hacer maratones de lectura en el presente es mucho más fácil de lo que lo era en el pasado. Aunque algunas series de libros siguen siendo lanzadas con espacios muy largos temporales entre cada volumen (bien lo saben los seguidores de George R. R. Martin), en general las editoriales están trabajando cada vez con espacios temporales más cortos, lo que hace que los diferentes volúmenes de una serie salgan cada vez más cerca unos de otros. Los seguidores de la historia no tienen que esperar mucho tiempo para saber cómo continúan las historias y pueden entregarse, por tanto, de forma mucho más sencilla a la gloria del binge reading.
A esto se podría sumar el hecho de que ahora hacerse con los libros para continuar leyendo y hacer por tanto un maratón de lectura es mucho más fácil que en el pasado. En la era del ebook, hacerse con una saga y seguir leyendo cuando llegas al punto final del volumen que te dejó con ganas de saber más es tan sencillo como ir a tu librería online de referencia y descargarte el siguiente tomo. Las nuevas ofertas para leer, los Netflix de los libros, lo ponen incluso más fácil. Cuando llegas al final, solo tienes que ir a los libros recomendados para seguir leyendo. Scribd te señala, de hecho, que la historia continúa con el siguiente tomo de la saga y solo tendrás que hacer clic para no romper tu maratón de lectura (y así acaba una dedicando su tiempo al crimen victoriano…).
Foto kaboompics
Corrección: «*homenaje* muy apropiado…»
Mi maratón de lectura favorito se lleva a cabo en el New Bedford Whaling Museum en New Bedford, Massachusetts, Estados Unidos, desde el año 1997. El primer fin de semana después del Año Nuevo (recordando la fecha en que el escritor Herman Melville se inició en la caza de ballenas, 3 de enero del 1841), comienza a leerse su libro «Moby Dick. » Durante las próximas 25 horas, una serie de lectores de todas partes — unos famosos, otros no — leen un segmento del libro, en inglés y, a veces, en otro idioma. El Museo permanece abierto y cientos de personas pasan la noche y el día enteros o entran y salen durante la lectura. Se ha convertido en una tradición favorita de Nueva Inglaterra, además de ser un honenaje muy apropiado a ese genio de la literatura angloamericana del siglo 19.
Es verdad, a quién no le han dado las tres de la mañana queriendo llevar al final del capítulo y cuándo éste llegaba, seguir con otro y otro?