Harry Styles

La fan fiction siempre existió. Las novelas de Jane Austen tuvieron versiones y continuaciones desde prácticamente 100 años después de la desaparición de la escritora. Y algunas obras de indiscutible talento literario son, en realidad, fan fiction de otras, como ocurre con la indiscutiblemente recomendable Ancho mar de los Sargazos de Jean Rhys. Pero internet ha hecho que la fan fiction crezca mucho más: escribir sobre los temas y las novelas que más interesan es cada vez más sencillo. Solo tienes que sentarte delante de un ordenador, escribir lo que se te ocurra sobre tu serie, novela o personaje favorito y colgarlo en un foro especializado. Alguien lo leerá y lo comentará. Estos autores de fan fiction son, de entrada, simplemente lectores entusiastas que quieren continuar disfrutando del libro que les gusta. Hay escritores, por ejemplo, que aman el fenómeno (sucede con J.L. Rowling, que, en palabras de sus portavoces «está halagada con que la gente quiera escribir sus propias historias» y con el interés que despiertan sus personajes) y otros que lo detestan.

Pero la fan fiction se ha convertido en otra cosa últimamente: se ha convertido en el caladero en el que las editoriales quieren pescar best sellers. Y la culpa de ello la tiene E.L. James. La autora de 50 sombras de Grey empezó la historia como, simplemente, fan fiction de Crepúsculo, una alternativa a la casta historia de amor entre el vampiro y la joven estudiante de la ciudad más lluviosa de Estados Unidos. De ahí saltó a la autoedición (y ayudó también a ponerla de moda) y de ahí a la edición maistream y la fama planetaria. Desde entonces, los editores de medio mundo han estado más pendientes de lo que se autoedita y lo que se escribe en fan fiction porque pueden ser el próximo gran bombazo.

Y sí, para publicar comercialmente fan fiction hay que cambiar a los personajes ligeramente (no pueden legalmente ser los del inspirador, a menos que se pague a su creador y que este lo autorice), pero merece la pena si las ventas están aseguradas. Pero ¿dónde está el límite? ¿Y no se habrá ido ligeramente de las manos a los responsables de las editoriales esta situación? El último gran boombazo de la fan fiction está protagonizado por Harry Styles, uno de los cantantes de One Direction, que se ha convertido en la musa de Anna Todd, una escritora que publicó por entregas una historia a lo 50 sombras protagonizada por una joven e inexperta estudiante universitaria y un oscuro y torturado chico llamado Harry (e inspirado en Styles). Y todo lo publicó gratis en Wattpad, una herramienta para publicar gratis online de forma social.  En total, las tres partes ya acumulan 900 millones de lecturas. Sí, 900 millones de lecturas.

En el relato no solo hay personajes inspirados en Styles sino también en otros miembros de One Direction y, aunque las directioners le han jurado odio eterno, el texto se ha convertido en la excusa para que Anna Todd cierre un contrato bastante jugosos. De la fan fic, saltó a la edición tradicional con un contrato con Simon & Schuster de al menos seis figuras. Eso hace que el mínimo sean al menos 100.000 dólares, unos 77.000 euros.

En formato libro llegará el 21 de octubre a las librerías estadounidenses (Bookish lo ha incluido en su lista de novedades básicas del otoño de novela romántica) y el 29 a las españolas, con Planeta (título After, protagonista Hardin, que tampoco es cuestión que los demanden). La novela tendrá dos continuaciones (saldrán en inglés en noviembre y en diciembre) y ya han sido vendidos los derechos de la película. La autora, por supuesto, estará en los próximos meses entregada a la tarea de convertirse en el próximo gran fenómeno en best sellers (ya tiene más de 200.000 followers en Twitter).

Y si esto puede ser la señal de que se está acabando el mundo, como ironizaban en un artículo en BusttleSobre todo porque mientras escriben fan fiction inspirada en él, Styles se ha puesto a leer a Bukovski en el escenario, como publica Jezabel,  a lo Cooltureta.

Foto Kate Elizabeth