Imagen de unos auriculares

Cuando hace unos años los ebooks irrumpieron en el mercado, resultaba bastante fascinante ver cómo cambiaban las cosas y cómo se integraban en los patrones de lectura. Estaban de moda y su crecimiento era bastante rápido. Los libros electrónicos han dejado de ser una rareza y ya son parte incontestable del universo de lectura. El espacio novedoso ahora lo ocupan los audiolibros, que han empezado su crecimiento en los últimos años y a los que el último año ha dado un cierto impulso (es lo que ha pasado, en general, con el contenido en audio).

Los datos que aportan algunas de las compañías que operan en este mercado ayudan a comprender cómo están cambiando las cosas y cómo están creciendo los audiolibros y sus lectores/oyentes. Audible acaba de hacer balance y de sus cifras se pueden extraer ciertas conclusiones. Los libros de audio son una pieza creciente del ecosistema del libro y cada vez más personas se están lanzando a probarlos y a introducirlos en su día a día. La compañía, el brazo audiobook de Amazon, acaba de cerrar sus primeros seis meses en España.

«Los audiolibros son ya una realidad gracias a servicios como Audible, que está dinamizando claramente la categoría de entretenimiento en audio con un producto de alta calidad y adaptado a los gustos de la audiencia española», explica Juan Baixeras, country manager de Audible en España, en un encuentro con escritores, narradores y editores al que la prensa pudimos asistir en streaming.

Las cifras que han presentado en el encuentro, Presente y futuro de los audiolibros en España, hablan de boom. Un 34% de los españoles ya ha escuchado un audiolibro alguna vez y, sobre todo, se ha popularizado el hacerlo de forma habitual. Un 5,2% de los españoles escucha ahora al menos una vez al mes audiolibros. Es un 79% más que quienes lo hacían en 2019.

Y si las editoriales pudieron ser reticentes hace años con el ebook, no lo están siendo con el audiolibro. Pequeñas y grandes están experimentando con el formato. Los editores asistentes a la mesa redonda lo tienen claro y así se podía concluir escuchando sus intervenciones. Como señala Santos Palazzi, director del área mass market y digital en Editorial Planeta, se busca “maximizar la difusión de nuestros contenidos” y eso implica abordar los formatos que aparecen.

Planeta tiene ya 6 personas dedicadas en exclusiva al audiobook: son un equipo especial para este formato, que se encarga de gestionar la conversión a voz tanto en español de España como en latino. Las editoriales más pequeñas – Anagrama y Roca eran las que participaban en la charla – reconocen que no tienen capacidad para crear equipos de semejantes dimensiones dedicados en exclusiva al audiolibro, pero también lo han incorporado a su área digital.

En el caso de Roca, como apunta su directora y fundadora, Blanca Rosa Roca, empezaron a trabajar ya en audiolibros en 2014, cuando cerraron un acuerdo con Audible en Estados Unidos. Ahora mismo su catálogo abarca ya los 200 títulos. Aceleraron cuando vieron que el audiobook llegaba a España, aunque Roca reconoce que “como independientes que somos es difícil invertir esos 5.000 o 6.000 euros que cuesta hacer un audiolibro”.

Los audiolibros implican, al final, más trabajo, más inversión y más gestión (es un nuevo entorno de derechos por el que las editoriales deben luchar), pero si la tendencia sigue implicará también un cierto retorno. “Es una inversión considerable, pero estamos viendo que hay mercado y que responde”, indica Palazzi. Planeta asegura que ha multiplicado por 4 su facturación en audiolibros frente año pasado. “El audiolibro ha llegado y ha llegado para quedarse”, sentencia su directivo.

Además, no se trata solo de ofrecer un nuevo formato a los lectores, sino que en realidad el audiolibro abre también mercados nuevos. La industria está viendo cómo al audiobook llegan personas que ya son lectoras, pero también quienes no lo son.