Aunque en otros mercados, como el estadounidense, los audiolibros llevan ya un tiempo más o menos asentados y tienen ya un mercado bastante amplio, en España están todavía empezando. Posiblemente, el boom de los podcasts en los últimos años haya ayudado a los lectores a descubrir el formato y a familiarizarse con él, aunque por el momento su presencia es todavía limitada.

Por primera vez en esta edición, el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros, elaborado por la Federación de Gremios de Editores de España y cuya edición basada en datos de 2018 acaba de ser presentada, ha preguntado a los lectores españoles por sus hábitos en lo que a audiolibros corresponde.

Por ahora, pocos son los españoles que los escuchan. Un 97,6% de la población reconoce que su frecuencia de escucha de audiolibros es nunca o casi nunca. Un 2,4% es el porcentaje de la población que reconoce que al menos sí lo hace con una frecuencia trimestral.

De forma más específica, si se analiza la pauta del usuario de audiobooks más habitual, los datos son más limitados. Solo el 1,1% es oyente frecuente de audiolibros y los escucha al menos una vez a la semana.

El perfil del usuario de audiolibros es el de un hombre, con estudios universitarios y en una franja de edad que abarca a los «millennials viejos» y a los más jóvenes de la Generación X. Estos son los grupos que han dado los porcentajes más elevados. Así, el 3,2% de los hombres escucha audiobooks (frente al 1,5% de las mujeres).

Por edad, ganan (sin separar por géneros) los que están entre 35 y 45 años (3,1%), seguidos de forma empatada por los lectores de 14 a 24 y de 45 a 54 años (2,9% en ambos casos) y los de 25 a 34 años (2,4%). Entre los 55 y los 64 años son oyentes el 1,7% y en más de 65 el 1,1%.

Dado que los datos son los primeros sobre los audiolibros y dado que el mercado está empezando no debe verse como datos malos, sino simplemente como el primer impacto del mercado. Es posible que en el futuro estos datos sean mejores y que el mercado siga creciendo. Los audiolibros están, posiblemente, en la misma fase que los ebooks estuvieron en su momento inicial.

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