
«En Vélez-Málaga hay una casa con huerto, y en el huerto hay un limonero. El viento apenas lo sacude y esparce a su alrededor el aroma a cítricos de las hojas y los frutos. El sol templa la corteza y la luz andaluza lo envuelve todo».
Fue en esa casa luminosa y con su limonero en la que nació María Zambrano en 1904. Sus padres eran maestros y la pequeña María durante un tiempo la hija única en una familia que, por el trabajo del padre, debe mudarse en varias ocasiones. En esa familia, el interés por la cultura se fomenta y Zambrano no solo recibirá la educación básica, sino que, además, se matriculará en la universidad en los años 20. Es ahí, en su paso por la universidad en Madrid, donde se convierte en pensadora, una figura clave de la filosofía de la España de los años 20 y 30.
Fue también donde se convirtió en una mujer comprometida con su tiempo, lo que hará que tras la Guerra Civil acabe partiendo al exilio. Vivirá un tanto olvidada en Roma y morirá en 1991 en Madrid.
Esta es, a grandes rasgos, la biografía de María Zambrano, figura clave de la filosofía en la España del siglo XX, y esto es también lo que cuenta Siempre estuve aquí, de Nadia Terranova, una breve biografía ilustrada por Pia Valentinis, que acaba de publicar Kalandraka.
Siempre estuve aquí es una propuesta bella y un tanto poética, como demuestran las líneas con las que se abre este artículo, que permite descubrir las líneas maestras de la vida de Zambrano e invita – ¡convence! – a querer saber mucho más sobre ella y sobre su obra.
qué bonito dibujo, me pregunto quién habrá dibujado la portada de ese libro. saludos.