Querida IjeaweleQuerida Ijeawele. O cómo educar en el feminismo‘ es el último libro de Chimamanda Ngozi Adichie; una carta que en principio iba dirigida a una amiga suya, que acababa de ser madre de una niña, pero que ahora todos podemos disfrutar (y con el que podemos reflexionar).

Y quizá creas que no te incumbe, porque, al fin y al cabo no tienes hijos, o no tienes ninguna duda sobre cómo educar en la igualdad, o te da pereza leer no ficción. Pero te equivocas. Y aquí van cinco razones (de las muchas que podría darte) para incluirlo a tu estantería:

Chimamanda nunca decepciona

¿Es necesario algún motivo extra para leer cualquier cosa que haya escrito Chimamanda Ngozi Adichie? ¡Por supuesto que no! Es sin duda una de las mejores voces de la literatura contemporánea y basta con disfrutar de cualquiera de sus libros para querer conocer el resto. Evidentemente, ‘Querida Ijeawele’ está escrita como una breve carta, y por lo tanto, es muy diferente de su obra de ficción, pero también aquí encontramos su estilo directo y claro y su mirada crítica. Y como fans acérrimas de la autora, no podemos menos que resaltar que no solo escribe bien, también piensa bien, y por eso conocerla a través de cualquier de las entrevistas que le han hecho, por ejemplo, es un placer. Este libro es solo una prueba más de lo bien que piensa.

Es un libro necesario

Basta darse una vuelta por las redes sociales para descubrir que el feminismo es un concepto totalmente denostado, y que más allá de nuestra burbuja (espero que seáis tan afortunados como yo, y nunca hayáis escuchado la expresión «feminazi» en vuestro entorno real) hay un odio y una virulencia hacia las mujeres que reivindican sus derechos difícil de entender. Sin minimizar la importancia de todas las injusticias que aún sufrimos en una sociedad mil veces mejor que la que conocieron nuestros padres o abuelos, quizá lo peor sea el ninguneo sistemático de dichas injusticias, su negación y su olvido. ¿Y por qué ocurre esto? Claramente porque hay demasiada gente que no fue educada en el feminismo, y aunque es posible (afortunadamente) llegar a él por otras vías, solo logrará extenderse empezando por el principio.

Ofrece reflexiones sutiles

Está claro que todo el que compre este libro será porque quiere educar a sus hijos en el feminismo, y que quienes más lo necesitan, nunca lo leerán. Pero en todo caso, aunque seamos muy conscientes de que nuestras hijas podrán jugar al fútbol y que nuestros hijos verán a sus padres cocinar y limpiar, el libro plantea también reflexiones que van más allá de lo obvio, y que pueden servirnos de punto de partida para repensar cada una de nuestras acciones y educar así mejor. ¿Es cierto que a los bebés -niños- se les empuja a ser más activos o que las niñas escuchan más veces «portáte bien» que sus hermanos? Si es así, no querremos formar parte de ello.

No hay charla TED

Este no es el primer libro imprescindible de la autora sobre feminismo, pero si bien ‘Todos deberíamos ser feministas‘ fue primero una charla de TED y por lo tanto, podemos recorrerlo sin abrir una página, no es el mismo caso con ‘Querida Ijeawele’. Es un libro muy cortito que se lee rápido, y que consta de 15 sugerencias prácticas que pueden ayudar a que nuestras hijas se atrevan a ser lo que quieran y a reclamar todo lo que merecen, y a que hijos e hijas sean más felices y vivan en un mundo mejor. Como ocurre en todos sus libros, además, la autora nos lleva de lo particular a lo universal, y por eso todas las sugerencias son aplicables, aunque vivamos en una cultura diferente que la receptora original de la carta.

Todos educamos

Aunque no tengas descendencia, seguro que tienes sobrinos, alumnos, hijos de amigos o cualquier otro niño a tu alrededor sobre el que puedes ejercer una mejor o peor influencia. Especialmente en lo que respecta a la igualdad, el peso de toda la sociedad es claro, y comienza a hacer efecto desde muy pronto. Por eso ser conscientes de algunos de los tics que arrastramos, o de las mejoras que podríamos hacer, tendrá un efecto muy positivo sobre los demás.