En los últimos años, muchos han sido los álbumes ilustrados que se han ocupado de tratar las emociones. Precisamente, Flamboyant publicó el que se ha convertido en el álbum con más éxito sobre este tema: el archiconocido El monstruo de colores.
En esa misma línea, la de identificar las propias emociones y vivirlas, está este precioso álbum de la autora turca Elif Yemenici, Se me ha roto el corazón. A Kalben, la pequeña protagonista de esta historia, se le ha roto el corazón. Sus amigos no han querido jugar con ella y su sabroso cucurucho de helado ha acabado en el suelo, deshecho.
Tras la decepción llega la soledad y la búsqueda de remedios para aliviar la tristeza. Una taza de leche caliente, tumbarse sobre la hierba, observar la belleza del arcoíris… Pequeñas acciones que, aunque consiguen que Kalben se sienta algo mejor, no son suficientes para recomponer su corazón. Hasta que… aparece una gaviota.
Destaca en las ilustraciones de Yemenici la presencia abrumadora de la luz, una luz que atraviesa el agua, se filtra por la ventana, cae a raudales sobre la protagonista… El uso del color y el grado de detalle en las imágenes que componen el álbum no se pueden apreciar en una primera lectura. Merece la pena detenerse a observar el interior de la casa de la protagonista: las vidrieras, el suelo de mosaico de la habitación, los bordados de los almohadones, o los platos decorativos que cuelgan de la pared de la cocina… Una estética que nos traslada geográficamente al lugar de origen de la autora.
Escogido para formar parte del prestigioso catálogo de literatura infantil y juvenil White Ravens, Se me ha roto el corazón explica sin cursilería (¡cuánto se agradece!) pero con sencillez y ternura un proceso tan complejo como cotidiano: pasar de la tristeza a la felicidad, con sus diferentes etapas de búsqueda. Un viaje de largo recorrido que tenemos que hacer solos, pero en el que tienen parte esencial los demás.