Hay novelas en las que el argumento es interesante, hay obras que seducen por su ritmo, escritores que dominan la construcción de la intriga a la perfección, textos bien escritos e incluso piezas en las que uno puede encontrar todo eso junto. Y después hay autores que además escriben bonito. Uno siente, leyéndolos, que daría exactamente igual lo que le estuviesen contando, que seguiría igual de enganchado (sea o no sea cierto). Uno de esos autores, sin lugar a dudas, es Horacio Quiroga.
Escribir bonito no es, como parecen creer algunos, utilizar las estructuras mas enrevesadas, las figuras más complejas o las palabras más largas, más bien todo lo contrario, y a él hasta le criticaron en ocasiones su estilo » a machete». Pero hace disfrutar con cada palabra del texto, y lo que es más, incluso con las palabras que uno no entiende. Quiroga convierte las frases en algo carnoso y táctil, que producen chispazos de placer en la mente, y lo hace a través de cierta exuberancia tropical y sobre todo de la intensidad expresiva de todos y cada uno de sus relatos, vívidos, precisos, absorbentes, y donde todo lo que está en el cuento parece absolutamente imprescindible. No en vano es considerado uno de los mejores cuentistas hispanoramericanos, y este conjunto de relatos de 1917, su obra maestra.
Leer ‘Cuentos de amor de locura y de muerte’ es siempre un placer. Sus historias nos introducen en un mundo a veces inquietante y a veces horroroso, pero siempre apasionante, y el efecto es aún mayor cuando a esos relatos deliciosos se les suman las imágenes adecuadas. Es lo que consiguió la editorial asturiana Uve Books, al unir a los cuentos de Quiroga calcografías y grabados del siglo XVII y XIX, sacados de libros de anatomía y enciclopedias botánicas, que ayudan a penetrar más profundamente en el universo macabro y siniestro del escritor. Así, los cuentos aparecen ilustrados con imágenes que reflejan una naturaleza temible, tal y como explican desde la editorial: «desde hermosas flores y plantas tremendamente letales por su veneno hasta la parte más orgánica del cuerpo humano, en un reflejo de pasión y muerte». Esta edición de arte cuida todos los detalles, e incluso la textura de la cubierta contribuye a crear la atmósfera adecuada.
Precisamente en esas ediciones que unen literatura y arte es en lo que están especializados en Uve Books, pequeña editorial independiente que lleva año y medio publicando «rarezas clásicas» ilustradas como pueden ser los relatos de Clarín, ‘Carmilla’ de Joseph Sheridan Le Fanu o los cuentos de Perrault.
Como explica la editora de arte, Sandra Márquez, que junto a Marino Costa creó la editorial, su objetivo es editar libros y relatos con gran calidad, pero que por una razón u otra han pasado de largo entre el público general, y hacerlo aportando el toque personal de algún artista, que revitaliza y reinterpreta el mensaje de autor.
En ‘Cuentos de amor de locura y de muerte’ el resultado es una maravilla, y las imágenes dejan aún más patentes la fuerza desbordante de la intriga, el surrealismo y el misterio de cada relato. Más que recomendable.