Jane Austen dest

Habitualmente, cuando hablamos de un libro publicado en cualquier otra lengua que no sea el castellano, solemos hablar de libros publicados en inglés. Cierto es que el inglés es habitualmente el idioma extranjero que más hablan o estudian las personas, pero no deja de ser curioso que el inglés gane por goleada a lenguas mucho más cercanas geográficamente, como el francés (aunque sí hemos reseñado algunos libros franceses) o el portugués.

Encontrar libros en portugués en las librerías en España no es nada fácil, lo cual es todavía más impactante. En Amazon, por ejemplo, el volumen de libros en portugués es muy bajo y en las librerías físicas casi no hay libros en este idioma (pero, claro, tendríamos que abrir un debate muy largo sobre los libros, los idiomas y las librerías /cadenas: nunca olvidaré el momento en el que pregunté en la Fnac, recién llegada a Madrid para vivir, si tenían libros en gallego y me miraron como si preguntase por libros editados en Marte). Para hacerse con literatura portuguesa hay que recurrir a librerías como la cadena La Central, librerías especializadas o librerías portuguesas online (Wook.pt es la más recomendable). Y a todo esto hay que sumar que, para un país que es nuestro vecino y que está tan cerca a todos los niveles, las traducciones de literatura portuguesa al castellano no son tantas.

nao ha tantos homens ricos como mulheres bonitasY toda esta reflexión viene porque hoy vamos a hablar de una novela portuguesa contemporánea: Não há tantos homens ricos como mulheres bonitas que os mereçam, de Helena Vasconcelos. El título de la novela es una cita de Sentido y Sensibilidad, de Jane Austen, y Austen es la protagonista invitada de la novela (sin ser la protagonista directa de la misma). Esta no es una novela sobre Jane Austen (aunque sí, Jane Austen está presente todo el tiempo y sí, también su vida se incorpora en la historia) sino más bien sobre una lectora de Austen. Hay millones de libros así, podría decir alguien, pero en este caso la propuesta intenta meterse más dentro de lo que se da por hecho que es ‘literatura seria’ y no literatura de consumo. La novela no se presenta como una historia chick-lit sobre una lectora de Austen.

Ana Teresa DeWelt, la protagonista, es una veinteañera en el Portugal contemporáneo (el de hace un par de años, se podría decir, en el momento álgido de la crisis económica) que no sabe muy bien qué hacer de su vida. A pesar de la presión familiar (sus padres son dos científicos de éxito que han dedicado toda su vida a sus carreras y que dejaron a Ana con su abuela en Lisboa cuando tenía diez años), Ana Teresa no ha estudiado nada de ciencias (ni nada ‘útil’) y ha hecho una carrera en Letras, especializándose en Estudios Ingleses. En el momento en el que empieza la historia, está trabajando en su tesis, que será sobre la idea de la felicidad en las novelas de Jane Austen. Su madre, aunque cree que lo que hace es una pérdida de tiempo, le paga el irse a Londres a trabajar en su tesis mientras venden la casa familiar, que dado que cada uno de los progenitores vive en un país diferente (y además han decidido separarse legalmente) deja de ser útil.

En Londres, la protagonista tiene que enfrentarse a la necesidad de crecer y también a la propia obra de Austen. Toda la primera parte de la novela, la más larga y la que está protagonizada directamente por Ana Teresa, está llena de datos biográficos sobre Austen (las notas posiblemente que DeWelt escribe para su tesis), de reflexiones sobre la escritora y hasta de conversaciones sobre ella, que Ana Teresa mantiene con Mark, un joven al que conoce en la biblioteca. Y es que Ana Teresa no puede no solo evitar estar obsesionada con la autora sino también en cierto modo vivir a través de ella.

La novela se convierte así en una más de las entradas de libros derivados de Austen, de su vida y de su obra (y en la misma novela recuerdan que hay cientos, miles, de libros así) aunque es un tanto diferente a lo habitual (la autora ha hecho los deberes sobre Austen y Austen es una especie de cuestión de fondo y no simplemente una excusa más para contar cualquier historia). La novela no es una obra maestra, cierto es, pero sí una lectura que puede gustar no solo a los fans de Austen y sobre todo una que funciona a un nivel no solo de obra derivada sino también de llamada de atención sobre las mismas.