El viernes antes de empezar el estado de alarma contra el coronavirus, cuando ya nos recomendaban que nos quedásemos en casa lo máximo posible, yo miré las bolsas de libros en las que había guardado mi pila de lecturas pendientes para no estresarme y me dije que estaba perfectamente preparada. Cuando terminase el período de recomendación de no salir de casa, yo habría dado un buen golpe al montón de libros y habría reducido brutalmente las lecturas pendientes. Al día siguiente, se anunció que lo de quedarse en casa no era una recomendación, sino una obligación. En esas primeras semanas, prácticamente no leí nada. Era incapaz de concentrarme.
No era la única persona a la que le pasaba. En mis conversaciones de Whatsapp había no pocas confesiones de haber estado leyendo en bucle la misma página sin procesarla y en redes sociales también aparecían unos cuantos tuits sobre lecturas fallidas. Así que posiblemente para muchos el modo en el que cambió la cuarentena contra la covid-19 los hábitos de lectura fue en hacer que leer se volviese mucho más complicado. Concentrarse era difícil, al menos en esos primeros días.
No fue el único cambio. Las primeras dos semanas no, porque sentía que debía centrarme en lo que ya tenía en casa, pero después sí he comprado ebooks, el formato de libro que sigue siendo accesible desde casa.
¿Estamos leyendo más en electrónico? ¿Y estamos leyendo más novelas? No existe un estudio global y general sobre la situación, aunque sí uno más concreto. Es el que acaba de lanzar la plataforma Nubico. Nubico es una de esas plataformas de lectura electrónica bajo suscripción. Pagas una cuota y accedes a todos los libros que te interesan y que tienen disponibles. Partiendo de los datos que generan sus usuarios, han analizado cómo han cambiado nuestros hábitos de lectura por culpa del coronavirus. Sus conclusiones es que estamos leyendo mucho más en los tiempos del confinamiento.
De entrada, y en general, durante estas semanas se han duplicado los tiempos de lectura. Estamos leyendo el doble de lo que se lee de forma habitual. Lo hacemos además en cualquier momento (ya estamos siempre en casa), aunque en Nubico han detectado una tendencia curiosa. Cuando más leemos es de sábado a lunes, lo que parece, como explican, una manera curiosa de irse de puente. No puedes hacerlo físicamente, pero sí con la lectura.
También han cambiado las horas favoritas para leer. La noche se mantiene como el momento preferido, como ya ocurría antes de la cuarentena, pero la tarde ha crecido. Se lee más durante la tarde y, de hecho, tras las 23 horas y la medianoche las 19 horas se posicionan como la hora favorita para la lectura.
Además, que pasemos más tiempo leyendo implica también que acabamos más libros. El total de libros leídos ha subido en un 32%. Lo que más leemos son novelas históricas, que han multiplicado por 9 sus cifras de lectura, y libros de autoayuda, que lo han hecho en un 6. Tras ellos se posicionan la novela negra, los libros de cocina, la literatura juvenil y las grandes novelas, que lo han hecho cada una de ellas por 2.
Como ya ocurre habitualmente, las mujeres están leyendo más que los hombres durante este período. A la lectura se han sumado, eso sí, los niños, que según señalan desde Nubico están leyendo más durante este período de reclusión.
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