ClaraUsonLahijadelEsteUna noche de marzo de 1994, una joven serbia se suicidó en su casa de Belgrado. La historia, una tragedia que en otras circunstancias no habría pasado del ámbito de la familia o como mucho de las páginas de sucesos de la prensa local, se convirtió, en cambio, en materia de especulación y análisis para la prensa de todo el mundo. La chica, de 23 años y con una prometedora carrera profesional por delante, se llamaba Ana Mladić y era la hija de Radko Mladić, el general que se había ganado el siniestro apodo del carnicero de los Balcanes por su actuación en la matanza de Srebenica. ¿Fue demasiado el peso de descubrir de quién era hija lo que empujó a la joven Ana al suicidio? Esa idea es la que ronda La hija del este, la novela que Clara Usón ha dedicado a Ana Mladić  y a la guerra de Bosnia, y que ha cosechado numerosos premios literarios y el entusiasmo del público desde que fue publicada en 2012 por Seix Barral. Hablamos con Clara Usón durante un encuentro con lectores en la recién inaugurada librería Cronopios en Santiago de Compostela.

¿Por qué una novela sobre Ana Mladić?

Fue pura casualidad, por un artículo que leí en el periódico, en el The Times de Londres, hace siete años, en el que explicaba cómo a los 23 años la hija del general Radko Mladić, al regreso de un viaje a Moscú con amigos, se disparó un tiro en la sien con la pistola de su padre. Ese artículo descubría más cosas. Averiguó que esa chica era guapa, simpática, inteligente, que era la niña de los ojos de su papá, que se adoraban mutuamente, que para ella su padre era un héroe que estaba salvando a los serbios de la amenaza de los turcos y de los alemanes, que era la mejor alumna de su facultad, que estaba a punto de ser médico, iba a ser cirujano, que era la vocación frustrada de su padre… En fin, daba la impresión de que antes de irse a Moscú era una joven con una vida estupenda,que tenía un gran ciclo por delante. Y sin embargo allí pasó algo que le hizo cambiar y que le impulsó a quitarse la vida con sólo 23 años y con una pistola que era la que le habían regalado a su padre sus compañeros de promoción cuando él se graduó como el mejor cadete en la Academia de Belgrado. Era una pistola vieja, en una casa llena de armas mejores. El padre le había dicho cuando era niña que esa pistola sólo la dispararía cuando nazca el primer nieto Mladić. Es un gesto elocuente: esa pistola que estaba llamada a saludar la continuidad es que la usa para acabar con su vida e impedir que haya nietos. Le estaba diciendo a su padre ‘me mato por ti’.

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Dentro de tu novela hay más cosas, no sólo está la historia de Ana Mladić sino también la del narrador, Danilo Papo, que es totalmente paralela y es un personaje ficticio, pero que también tiene detrás realidad.

Cuando empecé a investigar porque quería contar la tragedia de Ana Mladić, me di cuenta de que tenía que investigar muchísimo porque era una guerra compleja, con mucha historia detrás (hay una frase de Winston Churchill, que aparece en la novela, que dice que los Balcanes producen mucha más historia de la que pueden digerir). Esta guerra de los Balcanes sólo se podía entender como una venganza diferida en el tiempo por lo que había sucedido en la II Guerra Mundial, que a su vez arrancaba en lo que sucedió en la I Guerra Mundial que se originó en Sarajevo. Y ya nos remontamos al príncipe Lazar y al Campo de los Mirlos. Sólo podía contar lo que le había pasado a Ana en el contexto de la tragedia colectiva, por ser quien era su padre, por lo implicadas que estaban y además parecía interesante hacerlo. Es un libro de realidad ficción. Ana Mladić es un personaje real pero que yo he tenido que novelar, porque su muerte seguirá siempre siendo un enigma. Eso me obligaba a hacer novela. Danilo Papo es un trasunto de varios amigos serbios que conocí y que me contaron algo que no sabía. Había muchos serbios que no eran nacionalistas, como demuestra el hecho de que el 90% de los varones serbios en edad militar se negaran a ir a la guerra.

Sobre la guerra de los Balcanes todos tenemos algún recuerdo: alguna imagen de televisión asociada al conflicto, algún dato…, porque forma parte, en cierto grado, del folklore de los años 90. ¿Hace esto más complicado escribir sobre el tema o por el contrario lo simplifica?

Las dos cosas. Por un lado hay muchísima documentación sobre el tema y además puedes hablar con personas que vivieron la guerra, algo que no sucede con otras muchas guerra. Es una guerra muy fresca, muy reciente. Por otro lado, la responsabilidad de que la información histórica que yo introduzca tiene que ser muy rigurosa porque me pueden sacar los colores si incurro en alguna inexactitud o en algún anacronismo, porque hay mucha gente que lo ha vivido. Es la primera guerra filmada, la primera guerra filmada. Ves ejecuciones en la pantalla de tu ordenador.  Mladić  se hacía acompañar por un cámara para que filmara sus hazañas. Hay muchísima documentación y eso me ha facilitado las cosas para investigar.

Desde el punto de vista de la recepción de los protagonistas… ¿La novela se ha traducido a algún idioma de los Balcanes?

No, ni lo estará. Es muy delicado. Todavía es muy pronto. Sería como hacer explotar una granada. Es demasiado pronto (Usón nos ha recordado antes cómo siguen existiendo políticos serbios que consideran héroes a los criminales de guerra de la guerra de Bosnia)

¿Pero sí has tenido lectores?

Sí, te diré que a los bosnios le gusta más que a los serbios. Pero ninguno me ha dicho que esto le haya parecido una marcianada. Al contrario. Y eso me satisface. Incluso un amigo mío, uno que fue modelo para Danilo Papo, me decía que yo creía que había leído mucho, que había investigado mucho, pero que quedaba mucho más. No creía que por mucho que investigase pudiese narrar lo que había pasado ahí porque no era de allí. Tuve la satisfacción de que cuando terminé la novela le gustó mucho y le me agradeció haberla escrito.

¿Cuántos años dedicaste a investigar a la novela?

Tres años. No hice otra cosa.

La recepción de la crítica fue muy positiva (recibió el Premio Nacional de la Crítica en 2012)  pero veo que de público también (la entrevista se hizo durante una firma de ejemplares y no paraban de llegar lectores entusiasmados que se paraban a hablar largo rato con la escritora sobre sus impresiones de la obra)

Es una novela que me está dando muchas satisfacciones. Ha salido en Holanda, en Italia y saldrá en Francia. Está teniendo una gran recepción en estos países.