
Que la población escolar se enganche a la lectura es fundamental, porque los libros tienen muchos beneficios. Leer es francamente divertido y una buena idea de ocio, pero además la lectura resulta útil para desarrollar los pensamientos cognitivos y conseguir una buena compresión lectora (a leer y comprender lo que se lee solo se aprende leyendo). Leer también mejora la escritura y el lenguaje escolares.
Aunque los datos de los últimos años son bastante optimistas, como recuerdan desde Smartick en una nota de prensa, no hay que bajar la guardia. En 2021, la lectura infantil y juvenil creció en un 68,8%, según el Anuario Iberoamericano sobre el Libro Infantil y Juvenil 2021 de la Fundación SM, apuntan desde la plataforma, propietaria a su vez de Leoteca, una herramienta de lectura para escolares.
Pero ¿cómo impulsar la lectura infantil? La clave está en lo que se hace en casa y cómo toda la familia se relaciona con la lectura. Leer en voz alta, tanto los adultos como los niños, y comentar los libros que tienen entre manos en casa ayudan a crear un ambiente de lectura.
Además, de ese modo, leer no se ve como una obligación, sino como algo que se disfruta. Es importante que funcione como un elemento de ocio, como algo que genera places. Por eso, qué experiencias vinculamos a la lectura se vuelve muy importante.
Foto | Librotea
Fomentar la lectura en edades tempranas es fundamental para desarrollar habilidades cognitivas y emocionales en los niños. Además, les permite descubrir mundos imaginarios y enriquecer su vocabulario, lo que les será útil en su vida académica y social.