el principio de la sabiduriaEl principio de la sabiduría‘ de la autora australiana Henry Handel Richardson (es un pseudónimo) fue uno de nuestros libros favoritos del pasado año. Se trata de una novela de internado escrita a principios del siglo pasado que, a la vez, es una novela de formación.  Por eso hace hincapié en que la sabiduría (al menos la social) solo puede adquirirse al precio de la pérdida de la inocencia, algo que la protagonista, Laura Tweedle experimentará en sus propias carnes.

«Y sin embargo, por más que aquel reciente desmoronamiento de su orgullo fuera doloroso, no fue ni la peor consecuencia ni la menos duradera del incidente; lo peor vino con sus compañeras. A la mañana siguiente, la historia de sus proezas era sabida por todas. Sin duda, la encargada de hacerla circular había sido Lilith Gordon. Estaba resentida con Laura porque se ofreció a acompañarla al piano; si Laura no se hubiera hecho notar de ese modo tan censurable, Lilith se había librado de cantar. También estaba molesta porque Laura había demostrado que ella sí podía tocar, y la sensación era compartida por las demás, pues les parecía una falta de camadería, y se alegraron de que aquella pequeña marisabidilla, finalmente, hubiera salido escaldada, porque si tienes una aptitud que los demás no tienen, la disimulas, y no vas por ahí luciéndola y restregándosela a nadie.

En definitiva, Laura había incurrido en dos infracciones de la etiqueta escolar. Nadie, desde luego, se dignó a explicárselo; eran cosas que no se decían, cosas que se espera que sepas sin que te las digan. Por ese motivo, solo entendió a medias lo que había hecho. No vio más que censura en caras que hasta entonces se habían mostrado neutras, y a lo largo de uno o dos trimestres notó ostensiblemente que le daban de lado. Su breve iniciación en la popularidad recibió un revés, y fue por su propia insensatez».