Orgullo y prejuicioParece mentira que a estas alturas de la vida de Librópatas la pobre Jane Austen aún no haya tenido ningún «Libro de la semana» (cuando debe de estar en el top 10 de escritores sobre los que hemos escrito más artículos). Podríamos recomendar cualquiera de sus obras, pero es ‘Orgullo y prejuicio‘ sin duda la más conocida, la más valorada y la más popular (es uno de los libros que más gente considera su «favorito»). Eso no quita que haya a algunos a los que os da pereza la autora inglesa (sabemos que estáis ahí) y con este fragmento pretendemos quitaros los prejuicios decimonónicos -o del tipo que sean- de un plumazo. Porque Jane Austen es observadora, irónica y sobre todo, muy divertida.

«-Tu plan es bueno – contestó Elisabeth – cuando la cuestión se trata solo de casarse bien; y si yo estuviese decidida a conseguir un marido rico, o cualquier marido, casi puedo decir que lo llevaría a cabo. Pero esos no son los sentimiento de Jane, ella no actúa con premeditación. Todavía no puede estar segura de hasta qué punto le gusta, ni el porqué. Solo hace quince días que le conoce. Bailó cuatro veces con él en Meryton; le vio una mañana en su casa, y desde entonces ha cenado en su compañía cuatro veces. Esto no es suficiente para que ella conozca su carácter.

– No tal y como tú lo planteas. Si solamente hubiese cenado con él no habría descubierto otra cosa que si tiene buen apetito o no; pero no debes olvidar que pasaron cuatro veladas juntos; y cuatro veladas pueden significar bastante.

– Sí; en esas cuatro veladas lo único que pudieron hacer es averiguar qué clase de bailes les gustaba a cada uno, pero no creo que hayan podido descubrir las cosas realmente importantes de su carácter.

– Bueno – dijo Charlotte -. Deseo de todo corazón que a Jane le salgan las cosas bien; y si se casase con él mañana, creo que tendría más posibilidades de  ser feliz que si se dedica a estudiar su carácter durante doce meses. La felicidad en el matrimonio es solo cuestión de suerte. El que una pareja crea que son iguales o se conozcan de antemano no les va a traer la felicidad en absoluto. Las diferencias se van acentuando cada vez más hasta hacerse insoportables; siempre es mejor saber lo menos posible de la persona con la que vas a compartir tu vida».