Juan Rulgo

Pedro Páramo es uno de esos libros que te hacen leer en el instituto y que, por una vez, no hacen que sientas ganas de maldecir por siempre a tus profesores de lengua. La historia es una de las pocas que nos dejó Juan Rulfo y que es considerada una de las mejores novelas en lengua castellana. Juan Preciado llega a Comala para cumplir la promesa que le hizo a su madre y encontrar al cacique que es su padre, Pedro Páramo, y reclamarle lo que le pertenece.

«Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría; pues ella estaba por morirse y yo en plan de prometerlo todo. «No dejes de ir a visitarlo – me recomendó -. Se llama de otro modo y de este otro. Estoy segura de que le dará gusto conocerte.» Entonces no pude hacer otra cosa que decirle que así lo haría y de tanto decírselo se lo seguí diciendo aún después que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas.

Todavía antes me había dicho:

– No vayas a pedirle nada. Exígele lo nuestro. Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio… El olvido en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro.

– Así lo haré, madre.

Pero no pensé cumplir mi promesa. Hasta que ahora pronto comencé a llenarme de sueños , a darle vuelo a las ilusiones. Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de aquel señor llamado Pedro Páramo, el marido de mi madre. Por eso vine a Comala».

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