Habitualmente, en las tiendas, suelen hacerse rifas y loterías para incentivar las compras. Hay sorteos de un carrito de la compra en el supermercado o de un jamón en el bar de la esquina cuando llega la Navidad. Pero ¿qué ocurriría si lo que se sortease fuese la tienda al completo?

Eso es lo que ha ocurrido en un pueblecito de Gales, Cardigan. El dueño de una librería independiente en la localidad, Bookends, decidió que en lugar de traspasar su negocio o de venderlo para poder retirarse iba a regalárselo a alguien que soñase, como él soñaba cuando la montó hace cuatro años, con tener una librería. Por eso, durante los últimos tres meses, dio a aquellos compradores que se gastasen más de 20 libras en libros una oportunidad para llevarse la librería en una rifa final. A la criba llegaron 60 participantes, de los que se sacó a un ganador.

La historia, que ha descubierto el periódico The Guardian, ya es fabulosa en sí misma, pero lo es mucho más cuando se descubre quién ha ganado la librería y cuáles son sus planes de gestión. El ganador, el holandés Ceisjan Van Heerden, no solo es un cliente habitual de la librería (y un amante de los libros) sino que además la va a gestionar con un amigo. Su amigo se mudará desde Islandia a Gales para hacerse cargo de la tienda y para conocerlo en persona por vez primera. En los 9 años que se conocen, solo han sido amigos online.

Foto Bookends Bookshop