Las máquinas de escribir son la herramienta favorita de los escritores. Poco importa que ya usen un ordenador para escribir sus obras: las máquinas de escribir son siempre reverenciadas como el soporte en el que solo se pueden escribir grandes obras. Pero ¿qué ocurre cuando la máquina de escribir con la que quieres escribir el nuevo Guerra y Paz utiliza Comic Sans?
Comic Sans es la tipografía más odiada de la historia del diseño gráfico. Para muchos es Satanás convertido en tipografía. Para otros es una incomprendida. En sus inicios (allá por 1994) estaba pensada como una tipografía amigable e inofensiva que iba a acompañar a un asistente en la entonces última versión de Windows para explicar de forma simpática cómo funcionaba Windows. Pero Comic Sans no se quedó ahí: se convirtió en un mega éxito y se les fue de las manos a sus creadores.
La gente empezó a escribir todo lo que podía y más en Comic Sans, desde trabajos escolares hasta avisos agresivos de la comunidad de vecinos, pasando por notas del trabajo y hasta avisos funerarios (que no se merecen una tipografía tan poco seria como esta). Por haber, hay hasta libros de éxito que están editados en Comic Sans (yo sé de un best sellers en el que la parte que corresponde al personaje alocado está impreso en esta tipografía tan poco respetable). A medida que aumentaba su popularidad, también crecía el odio que algunos sentían por ella y aparecieron grupos de presión contra ella, como el famoso Ban Comic Sans. Nada bueno, nos decían, se podía escribir usándola.
Hasta ahora: The Sincerity Machine, la máquina de escribir que usa Comic Sans, ya permite escribir la nueva gran novela de donde sea con ella (más o menos, ser es un proyecto artístico del diseñador Jesse England). Para construirla, England cogió una máquina de escribir de los años 70 y le cambió las letras. Como explican en Mentalfloss, imprimió unas letras Comic Sans en una máquina de grabado láser y luego las añadió a las teclas de su máquina de escribir.