Cuentos inolvidables según Julio CortázarJulio Cortázar es, sin duda alguna, un maestro indiscutible del cuento. Por eso uno da por sentado que valdrá la pena leer sus cuentos favoritos. Porque si escribía tan bien relatos cortos, por fuerza tenía que leerlos aún mejor.

En una conferencia en Cuba en los años 70 (que posteriormente se convirtió en un artículo de una revista, bajo el nombre ‘Aspectos del cuento’) Cortázar examinó la naturaleza del género breve, sus características, sus aciertos y sus errores. Allí especificaba qué obras formaban parte de su colección de cuentos, esas obras que, después de leídas, se habían quedado dentro de él, latiendo a su ritmo. Eran las siguientes:

  • William Wilson – Edgar Allan Poe
  • Bola de sebo – Guy de Maupassant
  • Un recuerdo de Navidad – Truman Capote
  • Tlön, Uqbar, Orbis Tertius  – Jorge Luis Borges
  • Un sueño realizado – Juan Carlos Onetti
  • La muerte de Ivan Ilich – Lev Tolstoi
  • Cincuenta de los grandes – Ernest Hemingway
  • Los soñadores – Izak Dinesen

Sobre ellos afirmaba, insistiendo en el carácter personal de su biblioteca «Ya habrán advertido ustedes que no todos esos cuentos son obligatoriamente de antología. ¿Por qué perduran en la memoria? Piensen en los cuentos que no han podido olvidar y verán que todos ellos tienen la misma característica: son aglutinantes de una realidad infinitamente más basta que la de su mera anécdota, y por eso han influido en nosotros con una fuerza que no haría sospechar la modestia de su contenido aparente, la brevedad de su texto. Y ese hombre que en un determinado momento elige un tema y hace con él un cuento será un gran cuentista si su elección contiene -a veces sin que él lo sepa conscientemente- esa fabulosa apertura de lo pequeño hacia lo grande, de lo individual y circunscrito a la esencia misma de la condición humana. Todo cuento perdurable es como la semilla donde está durmiendo el árbol gigantesco. Ese árbol crecerá en nosotros, dará su sombra en nuestra memoria».

En esa conferencia también pone muchas veces a Chejov como ejemplo del buen hacer «Pienso, por ejemplo, en el tema de la mayoría de los admirables relatos de Antón Chéjov. ¿Qué hay allí que no sea tristemente cotidiano, mediocre, muchas veces conformista o inútilmente rebelde? Lo que se cuenta en esos relatos es casi lo que de niños, en las aburridas tertulias que debíamos compartir con los mayores, escuchábamos contar a los abuelos o a las tías; la pequeña, insignificante crónica familiar de ambiciones frustradas, de modestos dramas locales, de angustias a la medida de una sala, de un piano, de un té con dulces. Y sin embargo, los cuentos de Katherine Mansfield, de Chéjov, son significativos, algo estalla en ellos mientras los leemos y nos proponen una especie de ruptura de lo cotidiano que va mucho más allá de la anécdota reseñada». Puedes leer todo el ensayo online.

En todo caso, esa selección de cuentos favoritos de Julio Cortázar le valió a Alfaguara para publicar el libro ‘Cuentos inolvidables, según Julio Corázar’ donde se recogen los títulos antes señalados, más otros de los que habló muy positivamente en otras ocasiones, como ‘El puente sobre el río Búho’ de Ambrose Bierce, ‘La lección del maestro’ de Henry James, ‘La casa inundada’, de Felisberto Hernández, ‘Conejos blancos’ de Leonora Carrington y ‘Éxtasis’ de Katherine Mansfield.

¿Qué libros meterías tú en tu colección de cuentos favoritos?