curtis sittenfeld

Hace unos años, comenzó el que se conoció como The Austen Project, una iniciativa editorial británica de HarperCollins que buscaba actualizar la obra de Jane Austen adaptando las diferentes novelas de la escritora británica a los tiempos modernos. Es lo que se conoce como retelling, una versión de otra historia ya conocida. Por el momento, han adaptado cuatro de los libros de Austen (y no tengo muy claro si seguirán adaptando más títulos: nada he encontrado en la red). El último en llegar a librerías en EEUU fue, en marzo del año pasado, Eligible, de Curtis Sittenfeld, que tuvo que hacer el retelling de Orgullo y Prejuicio.

Por supuesto, y dado que Orgullo y Prejuicio es posiblemente la favorita de los lectores de las novelas de Austen y la más popular, había muchas expectativas con lo que Sittenfeld iba a hacer con la novela. Cuando el título llegó al mercado editorial en inglés, recibió críticas diversas. En una de The New York Times señalaban que era la mejor de todas las adaptaciones realizadas en el proyecto. En otra en The Guardian, sin embargo, la destrozaban sin piedad. La autora reconocía en una entrevista que había aceptado hacer este retelling porque ama Orgullo y Prejuicio y también aceptaba que lo que estaba haciendo, al final, era fan fiction.

La escritora también protagonizó una agitada polémica durante la campaña de lanzamiento cuando acusó al género romántico – heredero para muchos de la prosa de Austen y donde entran los retellings de sus historias –  de estar mal escrito (aquí otro análisis sobre lo que dijo y lo que implica en Bustle).

Todo este mix de cuestiones hizo que, en un primer momento, no tuviese muchas ganas de leer esta novela, pero ahora que ha llegado al mercado literario en castellano he decidido darle una oportunidad. Siruela acaba de publicarla en España como Sin Compromiso. Y lo que se puede decir de la novela de Sittenfeld es que es original.

Porque, al final, ¿cómo traduces y trasladas una historia que se basa en ciertas dinámicas sociales de hace ya 200 años a la vida actual? El conflicto central de Orgullo y Prejuicio es el de unas hijas que se quedarán destituidas cuando su padre muera y la necesidad, por tanto, de hacer unos buenos matrimonios que las acaben salvando de la pobreza. Coger eso y contarlo igual en el siglo XXI parece demasiado complicado.

Sittenfeld ha optado por una tercera vía. Los Bennet sí se van a quedar destituidos, pero porque los padres han vivido por encima de sus posibilidades y porque tienen que afrontar de pronto las elevadas facturas médicas del infarto cardíaco del padre (la historia ocurre en Estados Unidos). Lizzie y Jane no tienen interés alguno en casarse, aunque sí su madre está interesada en casarlas con alguien de relumbrón en la sociedad de Cincinnati en la que se mueven. Bingley, que llega de vuelta a la ciudad, se llama aquí Chip y es, inesperado golpe de efecto, una estrella de un reality de citas. Bingley, que en realidad es médico de urgencias, acabó en Tal para Cual, un programa para encontrar el amor al estilo de The Bachelor, porque su hermana se encargó de presentarlo, pero lo cierto es que en su paso por el reality no logró encontrar el amor verdadero. Sabemos que lo encontrará cuando se cruce con Jane Bennet, aquí una profesora de yoga de 40 años que ha decidido ser madre en solitario tras un fracaso amoroso.

Fitzwilliam Darcy es aquí también su amigo distante, médico neurólogo y dueño de un Pemberley en California. Y Elizabeth Bennet es editora en una revista de moda, donde hace reportajes en profundidad, en Nueva York. Como Jane, ella también vuelve al hogar para ayudar a la familia tras el infarto del padre y se pasará el libro desentrañando la maraña de deudas.

Sittenfeld sigue la trama paso a paso partiendo de la historia original. También hay un malvado George Wickham, aquí un periodista pretencioso que no hace más que vender humo amoroso a Lizzie; un señor Collins, convertido en un millonario de Silicon Valley; y unas hermanas Bennet secundarias. Kitty, Lydia y Mary también están presentes en la historia. Kitty y Lydia son obsesas del crossfit que hacen dieta paleo. Mary está estudiando desde su habitación vía internet su tercera carrera. Lydia y Kitty son, quizás, los personajes más difíciles de creer en esta revisión de la historia y Mary merecía, sin duda, más ‘tiempo de pantalla’.

Foto Curtis Sittenfeld (la autora vestida a lo Austen)