Mañana es San Valentín. Un día repleto de corazones, regalos y frases ñoñas que todos los fans de San Valentín disfrutarán. ¿Qué os queda a los demás? ¿A los que acaban de dejar y temen romperse en pedazos si ven una pareja feliz, a los resentidos a los que ya arrancaron el corazón una y mil veces, a los solteros por obligación y no por gusto, a los que querrían ser amantes pero solo son no correspondidos? ¡Encerrarse en casa y leer un libro!
No vale un libro cualquiera, claro. Hay que abstenerse de finales felices, hay que combatir San Valentín con sus mismas armas. Mostrándole que todas las historias de amor verdaderas acaban como el rosario de la aurora. Y libros con amores trágicos hay para dar y tomar. Todos ellos nos recordarán que pocas cosas hay mejores que NO estar enamorado.
Las alas de la paloma – Henry James
Vale que en el siglo XIX tenían multitud de problemas amorosos que hoy nos parecen totalmente innecesarios, pero estar a punto de morir y que un desalmado te engatuse para llevarse su herencia y después poder casarse con la que realmente ama no tiene perdón de Dios. Aunque al final se sienta fatal y renuncie a la herencia.
Hablando del asunto – Julian Barnes
El clásico triángulo amoroso. Tú estás felizmente casado y llega un amigo, más guapo, más bohemio y más inteligente que tú, y se enamora de ella. Y lo que es peor, ella también se enamora de él. Cuando estás soltero la única opción es ser ese amigo, que según el libro es también dolorosísimo, pero todos sabemos que no tanto.
El mundo en que vivimos – Anthony Trollope
Eres guapo, amable, listo y estás enamorado. Lo tienes todo para conseguir la mano de la chica que te gusta. A ella también le agradas y piensa que eres una persona fantástica. Pero sin embargo, va y se enamora de tu mejor amigo y no de ti. Conclusión: el amor da problemas, pero los mejores amigos también. Mejor prescindir de ambos.
Cyrano de Bergerac – Edmond Rostand
Aquí de nuevo, tenemos un amor no correspondido. En este caso, eso sí, ni siquiera eres guapo. Para compensar, el destino te ha dotado de ingenio y talento, que utilizas para mandar fantásticas cartas de amor en nombre de una persona que es más guapa que tú y a la que ella si corresponde. Eso sí, aquí ninguno acaba bien, los amantes felices terminan uno muerto prematuramente y otra en un convento.
Grandes esperanzas – Charles Dickens
El amor es ilógico, y puede hacer que te encapriches absurda pero profundamente de alguien que en el mejor de los casos no te hace mucho caso y en el peor se ríe de ti. Mientras tanto hay otra persona que sí está enamorada de ti, pero es más práctica que tú y sabe cuando tiene que dejarlo estar.
Anna Karenina -Lev Tolstoi
Aunque hay libros que te enseñan que los amores no correspondidos están mucho mejor -o dan muchos menos problemas- que los que si lo son. Especialmente cuando estás casada y tu amor no es tu marido (y vives en el siglo XIX, claro, ahora probablemente el final fuese más dramático, pero en todo caso, seguro que mucha gente sufriría).
Cumbres borrascosas – Emily Brönte
El amor de cumbres borrascosas es como deberían serlo todos en teoría: intenso, salvaje, incondicional. Pero eso solo sería bueno si ese amor fuera entre dos personas sanas y equilibradas y en condiciones que permitieran dar rienda suelta al amor. No es el caso aquí, y no suele serlo en ningún libro. Las pasiones devastadoras son de lo más destructivo.
Tokio Blues – Haruki Murakami
Te pasas años, años y más años deprimido por una historia de amor que ya acabo y que nunca más podrá ser. Pierdes tiempo, energía y vida real lamentándote. Todo alérgico a San Valentín tendrá claro que para eso más valía no haberse enamorado en su momento.
El túnel – Ernesto Sábato
Enamorarse obsesivamente es terrible: te vuelves una persona horrible, te das a la bebida, y pierdes el rumbo de tu vida. Aunque mil veces peor es que se obsesionen contigo: te persiguen, te hacen chantaje psicológico y hasta te matan. Aunque la desgracia abarca a muchos más personajes. Y todo por algo que al principio podría haber parecido una historia de amor.
Romeo y Julieta – William Shakespeare
Que esta sea considerada la historia de amor por excelencia, da cuenta de lo malo que tiene que ser el amor. Te gusta quien no debe, enfadas a tu familia, provocas una avalancha de muertes y por si fuera poco acabas suicidándote. Todo muy tentador.
No estoy de acuerdo con Cyrano de Bergerac y la crítica hecha. Cyrano es el amor en todas sus facetas: por otra persona como hombre y mujer, de amistad más allá de la muerte y de amor propio y orgulloso (en el buen sentido). Obra de amor por excelencia aunque no esté considerada así.
Sin embargo, Romeo y Julieta, es la historia de un amor. Apenas se conocen cuando se encuentran. Romeo suspiraba desde el principio de la obra por otra persona y ya pensaba en el suicidio (apuntaba maneras el chico), Julieta, la falsa, proclama a los cuatro vientos lo mucho que quiere a su primo (amor familiar), pero cuando Romeo lo mata, lo llora lo justo y necesario. Es simplemente una historia donde no se aplica la psicología inversa de los padres a los hijos y éstos terminan juntos aunque sea por fastidiar.
De hecho Shakespeare tuvo que matarlos porque esa historia de amor verdadera no se hubiera sostenido si hubieran conseguido llegar a formar una familia: no se conocían de nada, ni gustos, ni disgustos, ni personalidades. Se casan a los tres días de conocerse… es que no hay por dónde cogerlo.
Perdón, cuando he querido decir que Romeo y Julieta es la historia de un amor, quería decir la historia de una obsesión o capricho.
Lo dudo, no hubiese pasado si los padres nunca hubiesen sido tan injustos.
«Todo se acaba». 10 relatos de desamor para sumar a esta lista:
http://lacuevadeloslibros.blogspot.com.es/2013/07/todo-se-acaba-de-luis-segura.html