
Este verano, una novela romántica en inglés se coló varias veces en mi feed de Twitter porque la recomendaban algunas personas a las que sigo. Luego apareció en varias listas de libros de romántica que puedes leer de medios estadounidenses y este fin de semana se convirtió en una de esas noticias de fichajes.
The Spanish Love Deception, de la escritora española Elena Armas, había aparecido como libro autopublicado en verano. Ahora, sus derechos han sido comprados en Estados Unidos por Atria Books, que lo distribuirá con una nueva edición impresa a partir de febrero del año que viene y que ha comprado también los derechos de la continuación.
En el anuncio de la compra de derechos, se habla de cómo la editorial ha comprado «una sensación TikTok». Si en mi feed de Twitter el libro aparecía de forma recurrente, en TikTok se convirtió en libro viral. La novela había sido encumbrada gracias a su popularidad en #booktok.
TikTok se ha convertido en la red social de moda, la que más crece y la que se está posicionando como la más cool. Es, de hecho, la red social que ya emplean de forma principal los más jóvenes, que son siempre quienes inauguran la tendencia de la nueva red social de moda (solo hay que pensar en qué ocurrió con Instagram).
Los vídeos de TikTok están, además, encumbrando productos y modas, gracias a lo que sus usuarios comparten. En el caso de los libros, se ha creado una potente comunidad de lectores que hablan de los libros que les gustan y los recomiendan. Los booktokers ya funcionan como un poderoso reclamo, haciendo que algunos libros sean virales (y ahí está en acuerdo entre una editorial y una novela autopublicada que abre el artículo para demostrarlo) y que las ventas se disparen.
Los booktokers se han convertido en los nuevos prescriptores de libros, como publica Coolt. Un libro que se viraliza en TikTok logra generar un pico de ventas (las editoriales, por supuesto, ya le están prestando atención a lo que ocurre en la esfera booktoker).
Casi se podría decir que los booktokers se han convertido en los herederos de los booktubers y de los bookstagrammers, quienes hablaban de libros respectivamente en YouTube y en Instagram. No es que estos hayan desaparecido o que ya no tengan impacto en qué se lee (nada más lejos de eso), pero sí han visto como el eco reluciente de la novedad está ahora en otro lugar. Los booktokers se han posicionado como la nueva tendencia.
Ahora cabe preguntarse cómo cambiarán las cosas por el impacto de la plataforma. Instagram, por ejemplo, tuvo un efecto directo en cómo se diseñaban las cubiertas. Que la cubierta de los libros fuese fotogénica ha ayudado a que se posicionasen bien como elementos instangramables.
¿Qué clase de libros se beneficiarán del tirón de los booktokers? El tiempo lo dirá, aunque curiosamente el impacto de la comunidad no está solo impulsando las novedades literarias y está jugando también a favor de los libros de fondo. El tirón en booktok ha vuelto a llevar a las listas de los libros más vendidos y a convertir en best-sellers ahora a libros, como indican en Insider, que ya se habían publicado hace diez años.