Investigando para artículos o para diferentes proyectos en los que tenía que abordar el feminismo, la historia de las mujeres y temas relacionados, podría asegurar que en un porcentaje importante de esas ocasiones y para casi todos los temas acabé tropezando con algún libro de la colección Feminismos, de Ediciones Cátedra. Ya fuera porque lo acabé leyendo, ya fuera porque estaba en alguna nota al pie de página o en alguna bibliografía, estar acababan estando allí presentes.
Cátedra es una de esas editoriales que siempre tenemos de fondo en nuestra biografía lectora. Sus primeros libros fueron, en mi caso, en la ESO, cuando tocaba leer clásicos, y siguieron en la universidad y en los años posteriores. Y en esa larga vida y en esa larga relación, los libros de la colección Feminismos han sido una constante.
La colección está ahora de cumpleaños, un aniversario especialmente ‘celebrable’ en la semana del 8 de marzo. La colección arrancaba en 1990 y desde entonces se ha asentado como uno de los referentes en publicación de textos relacionados de un modo o de otro con el feminismo. Alicia Puleo es la directora de la colección y con ella hablamos a través del correo electrónico sobre el pasado, el presente y el futuro de la colección.
¿Cómo ha cambiado en estos 30 años la colección?
Dirijo esta colección desde 2014 pero la conozco desde su origen y puedo decir que no ha cambiado. Una de las razones para crearla fue la escasez, en aquel momento, de bibliografía feminista en castellano. Entre algunas de las obras que se editaron figuran auténticos clásicos como La mística de la feminidad, de Betty Friedan o Política Sexual, de Kate Millett. El modelo inicial era, y sigue siendo, el de poner a disposición del público obras de teoría feminista clásica y contemporánea de autoras extranjeras y españolas, así como estudios feministas provenientes de distintas disciplinas: Arte, Filosofía, Literatura, Derecho, Política, Psicología, Economía, Sociología, Educación, Geografía, Historia, Antropología, Medicina, Geografía, Historia cultural…
¿Han cambiado los títulos que se publican y los temas o ha cambiado el público lector?
Desde luego, los títulos han cambiado, ya llevamos más de 140. Y los temas también han ido variando al hilo de los intereses, las preocupaciones y las investigaciones que han ido surgiendo en estos 30 años. Por ejemplo, en los últimos años hemos incorporado títulos que abordan la temática ecológica, tanto desde el punto de vista de la teoría feminista como de la incidencia de la crisis ambiental en la salud de las mujeres. Y, al mismo tiempo, seguimos recuperando clásicos para hacer genealogía feminista y abordamos viejos problemas con nuevas miradas.
La vuestra no es la única colección feminista del mercado editorial, pero sí posiblemente una de las que tienen una vida más larga. ¿Qué conclusiones sacáis echando la vista atrás a vuestras tres décadas de historia?
Efectivamente, hay varias colecciones feministas en el mercado editorial. Me alegro mucho de ello porque indica que el feminismo ha arraigado en la sociedad. Echando la vista atrás siento una gran satisfacción porque nuestra colección ha sido pionera y ha realizado un gran trabajo social, ayudando a que se avanzara hacia la igualdad entre mujeres y hombres.
Además, porque tenía, y tiene, entre sus principales finalidades la de proveer de material de alta calidad que pueda utilizarse en los estudios universitarios. También hemos cumplido ese objetivo. Todo máster de estudios feministas y de género tiene títulos de la colección Feminismos en la bibliografía de sus asignaturas. Es una colección de gran prestigio.
En los últimos años el feminismo ha pasado a protagonizar la agenda informativa de los medios generalistas y se ha popularizado, ¿habéis notado ese impacto en la colección? Esto es, ¿ha aumentado el interés por los libros y los temas que abordáis?
Sí, constatamos un aumento del interés por la colección Feminismos desde hace tres años. Es posible que su público haya aumentado con una nueva generación de lectoras que han descubierto el feminismo a partir del #MeToo, de las multitudinarias manifestaciones del 8M y de este feliz renacer del movimiento que estamos observando a nivel nacional e internacional.
Los clásicos y más populares
¿Cuál es el longseller de vuestros 30 años de historia, ese libro que nunca ha dejado de estar disponible o que siempre se acaba volviendo a reimprimir?
Sin lugar a dudas, El segundo sexo de Simone de Beauvoir. Se trata de un auténtico clásico. A pesar de que fue publicado por primera vez en 1949, los años no parecen pesar en este libro, sobre todo en la primera parte, la que lleva por título “Los hechos y los mitos” y que es un análisis de la historia, las religiones, el arte y la literatura desde la perspectiva que le da título a la obra: las mujeres como segundo sexo. Beauvoir va mostrando cómo ese estatus de subordinación se hace realidad en todos esos ámbitos.
Su importancia puede comprenderse mejor si pensamos que las líderes y teóricas del resurgir del feminismo en los 60 y 70 se declararon “hijas de Beauvoir”. Todas la había leído y decidieron retomar la antorcha de la reivindicación. Es una autora ineludible, estemos o no de acuerdo con todos sus planteamientos.
¿Qué temas son los que más interés despiertan entre los libros que publicáis?
Los libros de teoría feminista son los que más atraen, por regla general. También despiertan interés los que abordan cuestiones sociales específicas y debates que están en la sociedad actualmente.
¿Qué planes de futuro tiene la colección? ¿Qué planeáis publicar en los próximos meses?
En abril saldrá Feminismo e Ilustración. Un Seminario fundacional de Marta Madruga Bajo. Se trata de un estudio sobre el seminario creado por la filósofa Celia Amorós en la Universidad Complutense de Madrid en los años 80. Me alegro mucho de poder contar con esta obra en la colección porque creo que nunca subrayaremos suficientemente la importancia de este seminario para la transformación de la vida de las mujeres españolas.
Que un seminario de filosofía como era ese haya formado a tanta gente de manera tan profunda y que algunas mujeres que asistieron a él, o a actividades posteriores del mismo grupo investigador, hayan llevado a la política las demandas de igualdad es algo que no siempre ocurre. “Conceptualizar es politizar”, afirma Celia Amorós, y, efectivamente, poner nombre a situaciones de injusticia es visibilizarlas y poner los cimientos para corregirlas.
Después del verano, sacaremos un libro especial aniversario, con un formato diferente, y la contribución de muchas autoras, en torno a diversas cuestiones del feminismo.
Y como plan de futuro en general, yo diría que esperamos continuar proveyendo de material de gran calidad a todas las personas que saben que el feminismo no es una moda, sino una cuestión fundamental para la democracia y para nuestras vidas.