Topolín y su amiga Caballita construyen una casa. Pero… ¡qué casa! Lo que empieza siendo un proyecto sencillo pronto se va complicando. Topolín y Caballita se ponen manos a la obra herramientas en mano —no falta de nada—. La casa de Topolín aparece sobre la colina. Pero… ¿y Caballita?, ¿dónde va a vivir? Ella también quiere su casa…

A partir de este momento, la historia de Topolín construye una casa de Janosh se vuelve cada vez más divertida. Cuanto más, mejor; esa parece ser la premisa para construir. Una habitación para el piano, un baño, una conejera, un garaje para helicópteros… Unas sobre otras, sin más orden y más límite que el deseo y la imaginación. Ese placer de añadir, de querer más y más de aquello que nos gusta, ese ir acumulando objetos tan propio de la infancia…

La segunda historia que incluye el libro, publicado por Los Cuatro Azules, es ‘La excursión a Perpiñán’, el intento de viaje de Caballita y Topolín que se acaba convirtiendo en una excursión imposible. Buena intención no falta, desde luego, ¡pero cómo pesan las maletas!

Autor de sobra conocido en el mundo de la literatura infantil y juvenil, las ilustraciones de Janosch (1931) son sencillas, detallistas, alegres y con un estilo fácilmente reconocible. Disparate, humor, amistad y diversión están presentes en un texto sencillo y entretenido, perfecto para primeros lectores. Dos protagonistas ingenuos y entrañables dispuestos a vivir aventuras y a no poner límite a sus ocurrencias.